El sur de Europa pide al norte que arrime el hombro para frenar la inmigración
Los ministros de Exteriores de ambas orillas del Mediterráneo se reúnen en Barcelona Rajoy pide al resto de la UE que facilite apoyo operativo y financiero para reforzar la frontera exterior
Los países del sur de Europa hicieron hoy un llamamiento al resto del Continente para que arrimen el hombro a la hora de hacer frente a la inmigración irregular procedente de África. “El control de fronteras exteriores de la Unión Europea es un esfuerzo que debe ser compartido por el conjunto de la Unión, Estados miembros, instituciones y agencias”, declaró hoy el presidente Mariano Rajoy.
El jefe del Gobierno inauguró en el palacio de Pedralbes, de Barcelona, el primer foro económico del Mediterráneo Occidental que reagrupó a los ministros de Asuntos Exteriores de cinco países del sur de Europa y de cinco países del norte de África (Argelia, Marruecos, Libia, Túnez y Mauritania) así como a decenas de empresarios.
El foro se celebró tres semanas después de la tragedia de la isla italiana de Lampedusa, en cuyas aguas murieron más de 400 inmigrantes, y horas antes de que empiece en Bruselas una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno europeos dedicada, en buena medida, a la inmigración.
“La Unión”, insistió Rajoy en su discurso inaugural, “debe facilitar apoyo político, operativo, financiero a aquellos países que constituimos su frontera exterior, y que más presiones y responsabilidades asumimos en beneficio del interés común”. Ese apoyo se presta ante todo a través de Frontex, la agencia de la UE creada en 2044 para ayudar a los Estados miembros a controlar sus fronteras.
“No podemos tolerar de ninguna manera que el mar que nos une y nos acerca se convierta en una fosa común”, añadió Rajoy. En los últimos 15 años se calcula que entre 15.000 y 20.000 inmigrantes fallecieron cruzando de un continente a otro.
Otros oradores respaldaron los argumentos de Rajoy. “Hay que hacer comprender que el Mediterráneo no es solo un problema de los países ribereños”, recalcó el viceministro italiano de Exteriores, Lapo Pistelli. Lo demostró con un dato: dos tercios de los inmigrantes irregulares que llegan a Italia no se quedan allí sino que se dirigen a otros países europeos a veces hasta Irlanda o Suecia.
“Hay que intentar resolver el problema del principio al fin”, explicó poco después el francés Laurent Fabius. “El principio es el desarrollo en origen y el fin es el incremento de los medios de vigilancia” de la frontera “sin olvidar la lucha contra los traficantes” de seres humanos. “Hay que pensar también en una capacidad de intervención rápida”, añadió aludiendo a la reivindicación que formuló el martes Enrico Letta, el primer ministro italiano.
Rajoy también hizo hincapié en la necesidad de “articular mecanismos de cooperación” con los Estados donde se originan las migraciones irregulares. En los presupuestos para 2014 la ayuda oficial al desarrollo (AOD) cae, sin embargo, un 6% que se añade al 60% que ya se redujo en los dos últimos años. España dedicará ahora menos de un 0,20% de su PIB a la AOD.
Los países del Magreb, que atraviesan los migrantes en su camino hacia Europa, se mostraron comprensivos con sus socios europeos. “Entiendo los temores de los europeos, pero han de saber que la solución ante todo pasa por el desarrollo del sur”, declaró el ministro argelino, Ramtane Lamamra.
Joan Rosell, el presidente de la CEOE, fue uno de los pocos que puso una nota de optimismo en la reunión. Recordó que las instituciones internacionales prevén que África va a doblar su PIB de aquí a siete u ocho años. “Será una grandísima oportunidad de duplicar también su bienestar y de ir saliendo de la pobreza”, aseguró. “África no es ya un problema, es la solución”, añadió haciendo alarde de optimismo el nuevo ministro de Exteriores marroquí Salahedin Mezzouar.
Con un lenguaje menos diplomático y menos optimista Reda Hamiani, el presidente de la patronal argelina, echó por tierra estos pronósticos. Europa se sigue comportando “como una fortaleza asediada” y mantiene con África una relación comercial neocolonial, afirmó. Prueba de ello es que África subsahariana exporta materias primas y compra productos con alto valor añadido.
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