Irán da signos de querer resolver la crisis nuclear ante la cita de Ginebra
El Gobierno de Rohaní sondea la disposición de EE UU a levantar las sanciones
Después del flirteo de Nueva York, iraníes y estadounidenses han empezado a tomar posiciones de cara a la reunión sobre el controvertido programa atómico iraní que van a mantener en Ginebra la semana que viene. Mientras Irán reclama una nueva oferta, EE UU dice que debe responder a la que recibió el pasado febrero en Almaty o proponer una alternativa. Aunque el clima entre ambos países se haya relajado tras la histórica conversación telefónica entre los presidentes Hasan Rohaní y Barack Obama, nadie espera que las discrepancias suscitadas por ese programa desde hace una década vayan a resolverse en dos días. No obstante, hay signos de que esta vez Teherán llega a la cita con voluntad de negociar una solución.
"Si Occidente tiene de verdad preocupaciones, podremos calmarlas, eso no es complicado", ha declarado el presidente del Parlamento iraní y antiguo negociador nuclear, Ali Lariyaní, en una entrevista publicada este miércoles en el diario francés Le Monde.
Sus palabras adquieren especial relevancia en vísperas de la reunión que representantes de su país van a mantener en Ginebra con el llamado 5+1, por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia) más Alemania. Lariyaní, un conservador próximo al líder supremo parece hacerse eco del mensaje que Rohaní viene repitiendo desde su investidura. "Mi Gobierno va a hacer todo lo posible para fomentar la confianza entre Irán y el resto de los países del mundo", ha dicho el presidente iraní.
Analistas y diplomáticos teorizan sobre qué pasos concretos va a dar Irán para contrarrestar las sospechas de que su programa nuclear esconde un objetivo militar, como temen EE UU y sus aliados, con Israel a la cabeza. El diario The Wall Street Journal citaba este miércoles a "altos funcionarios occidentales conocedores de los preparativos" según los cuales los iraníes están dispuestos a aceptar "límites al número de centrifugadoras en funcionamiento y las cantidades [de uranio] que se enriquecen, además de la necesidad de verificación".
De momento, todo son especulaciones. Aunque el propio Rohaní ha hablado en varias ocasiones de "ofrecer mayor transparencia", dando a entender que aceptaría una intensificación del nivel de las inspecciones, también ha insistido en que el derecho de Irán a su programa nuclear es innegociable. Además, tanto el presidente como su ministro de Exteriores, Javad Zarif, insisten en el levantamiento de las sanciones internacionales como prueba de que EE UU actúa de buena fe.
"Tenemos una oportunidad histórica de resolver el asunto nuclear. El 5+1 necesita ajustar su postura en proporción con la nueva postura iraní", tuiteó Zarif tras reunirse con la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, que preside dicho grupo, a finales de septiembre.
Sin embargo, fuentes diplomáticas occidentales descartan cualquier sugerencia de que el cambio de tono que Irán ha ofrecido ante la Asamblea General de la ONU vaya a traducirse en un inmediato levantamiento o reducción significativa de las sanciones.
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, que también se entrevistó con Zarif en Nueva York hace dos semanas, reiteró anteayer que EE UU espera que Irán responda a la propuesta que las seis potencias le hicieron en Almaty en febrero. Entonces, le plantearon que suspenda el enriquecimiento de uranio al 20% y limite sus actividades de enriquecimiento en Fordo, una instalación nuclear subterránea próxima a la ciudad de Qom, a un centenar de kilómetros al sur de Teherán. A cambio, ofrecían atenuar algunas sanciones sobre el sector petroquímico y el comercio de oro, algo insuficiente para las expectativas que ha desatado la arriesgada apuesta de diálogo de Rohaní. Este necesita argumentos de peso para acallar a los críticos dentro de su país.
"El plan que se nos entregó con anterioridad ya es historia y [nuestros interlocutores] deberían llegar a las conversaciones con un nuevo punto de vista", manifestó Zarif el pasado sábado durante una entrevista con la televisión estatal de su país. El ministro, a quien Rohaní también ha designado jefe del equipo negociador nuclear, espera una nueva propuesta del 5+1, algo que, como el levantamiento de sanciones, depende sobre todo de EE UU.
"La suposición del presidente Obama de que Irán está negociado como resultado de sus amenazas y sanciones ilegales, es irrespetuoso con una nación, arrogante y erróneo", ha advertido el tuitero Zarif.
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