La Fiscalía de México detiene a tres supuestos sicarios del ‘caso Heavens’
Las autoridades presentan a los probables asesinos de 13 jóvenes raptados en un céntrico 'afterhours' de México DF y hallados tres meses después en una fosa clandestina
La Fiscalía federal de México ha detenido a tres supuestos sicarios por el secuestro de 13 jóvenes en un afterhours del centro de México DF y por su posterior asesinato. El conocido como Caso Heavens, por el nombre del after, ocurrió el 26 de mayo y desde entonces ha sido un foco de atención en este país por tratarse de un hecho criminal de una naturaleza inédita en la capital.
Los 13 jóvenes fueron hallados muertos en una fosa clandestina el 21 de agosto. Según las autoridades en el rapto participaron directamente al menos 17 personas. Por ahora habían sido encarceladas seis personas bajo cargo de secuestro. Los tres de hoy son los primeros detenidos a los que se les acusa de los asesinatos, y la Fiscalía, en un hecho sorprendente dada la sobria política de comunicación del Gobierno mexicano con respecto a sus operaciones contra el crimen, ha convocado a la prensa para enseñárselos.
Jonathan Robles, El Jonhy. Pedro Francisco Paz, Pancho Pulgas. Fernando Fernández, El Pez. Estos son los nombres y los apodos de los supuestos sicarios. Este jueves sobre las tres de la tarde los llevaron en helicóptero a una sede de la Fiscalía en México DF y delante de los medios, en un aparcamiento, se los entregaron a otro organismo, la Fiscalía de la capital, que es la encargada de investigar el caso. Los tres detenidos iban vestidos de calle y callados. Los metieron en un camión de la Fiscalía local y se los llevaron.
En cuanto los agentes de las fuerzas especiales de la Fiscalía del DF se fueron con los arrestados un alto funcionario de la Fiscalía federal, Renato Sales, dio sus nombres a la prensa y los presentó como "probables responsables del secuestro y la privación de la vida de las 13 personas halladas en la fosa de Tlalmanalco [en el Estado de México, que colinda con la capital]". El funcionario, acompañado por el fiscal local, Rodolfo Ríos, no dio más detalles y no se permitió que la prensa convocada al acto hiciese preguntas.
Los seis que ya están encarcelados por el secuestro (que tuvo lugar sobre las once de la mañana de un domingo en pleno centro de la capital, en una de las zonas supuestamente más seguras de todo México) son dos dueños y dos empleados del afterhours y otras dos personas que colaboraron en el levantón, como se conoce en este país a los secuestros que se hacen no con intención de negociar un rescate sino de matar a los secuestrados y borrarlos del mapa.
Hasta la fecha la Fiscalía local sostiene que el caso se debe a una lucha entre "pandillas" de "narcomenudistas" y que no está involucrada ninguna organización criminal como los carteles que operan en otras zonas de México. El fiscal del DF ha añadido que uno de los detenidos por secuestro ha dicho que todo se debió a una venganza por el asesinato de otra persona, pero de momento no se ha informado de que alguno de los 13 asesinados del Heavens hubiese participado en ese asesinato ni que alguno de ellos tuviese otra clase de relación con el mundo del hampa.
La desconcertante proporción de la vendetta (13 muertos para vengar a uno) y otros detalles del caso, como la dificultad de secuestrar a tanta gente en medio de la capital pasando inadvertido o como la capacidad operativa de matarlos y enterrarlos en un monte situado a una hora en coche de la capital, chocan, por su aparente envergadura criminal, con la hipótesis del conflicto entre pandillas.
Otro factor controvertido del caso es que la mayoría de las familias de las víctimas se niegan a reconocer que los cuerpos hallados en la fosa son los de sus hijos. Dicen que no se fían de las autoridades de su país por las lagunas de investigación y de comunicación que ha tenido el proceso y que no asumirán que esos son sus cuerpos hasta que un equipo de forenses extranjero analice los restos de forma independiente.
Hasta ahora los dos únicos cadáveres que han sido aceptados y recogidos por sus familias son el de Monserrat Loza Fernández, de 28 años, madre soltera de dos niños y empleada en una lavandería, y el de Alan Francisco Daniel Menchaca Bazán, de 31 años.
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