Los inspectores de la ONU darán el sábado los datos del ataque químico
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dice que el equipo dejará el país tras dar los datos preliminares de la investigación
La misión de los inspectores de la Organización de Naciones Unidas enviados a Siria para determinar si el pasado 21 de agosto se emplearon armas químicas en un ataque en el que murieron cientos de personas concluirá el sábado, un día antes de lo previsto. Mientras esos inspectores estén trabajando sobre el terreno es poco probable que Estados Unidos, con o sin la ayuda de su aliado británico, acometa finalmente el ataque que el presidente Barack Obama sopesa desde hace días. Los inspectores tienen previsto recabar más muestras el viernes, para salir del país el sábado a primera hora y entregarle inmediatamente un informe preliminar de sus investigaciones al secretario general de la ONU, Ban Ki Moon.
Ban dijo este jueves en una conversación con periodistas en Viena que tan pronto como obtenga los resultados de los análisis a muestras obtenidas por los inspectores informará de ellos a los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU. La Casa Blanca, sin embargo, ha dado indicaciones de que no espera obtener en esta ocasión una autorización de ese Consejo para intervenir en Siria, dado que en él Rusia, uno de los principales aliados del régimen de Bachar el Asad, tiene asiento permanente y poder de veto. El miércoles, Ban habló por teléfono con Obama y le pidió que permita que los inspectores “prosigan con su labor tal y como les ha sido encomendada”. “Se le debe dar una oportunidad a la diplomacia”, dijo, según informa la ONU.
Cuando acabe su labor, los inspectores, liderados por la alta representante de la ONU para el Desarme, Angela Kane, habrán trabajado en el lugar de los ataques, en el este de Damasco, durante cuatro días, recogiendo muestras de suelo, tejidos y sangre, y entrevistando a víctimas en hospitales y testigos en las zonas afectadas. El lunes, al iniciar su labor, fueron atacados con disparos al cruzar a zona rebelde. Las potencias occidentales sospechan que en el ataque del 21 de agosto se empleó un químico similar al gas sarín, por los efectos que muestran varios vídeos difundidos por redes opositoras. Ese compuesto permanece en las superficies durante no más de 10 días. La zona atacada en el área de Ghuta lleva bajo control rebelde un año, y ha sido objeto de ataques gubernamentales con artillería y misiles en reiteradas ocasiones, incluidos días recientes.
El hecho de que los empleados de la ONU abandonen Siria un día antes de lo previsto es reminiscente de la salida de inspectores que en 2003 buscaban armas de destrucción masiva en Irak y que debieron abandonar el país de inmediato, sin culminar su labor, ante la inminencia del ataque norteamericano. En esta ocasión, los inspectores liderados por Kane deben determinar, simplemente, si en las zonas analizadas se emplearon armas químicas en la madrugada del 21 de agosto, sin buscar autores ni responsables. Los opositores creen que en aquella jornada murieron 1.400 personas, de las que 335 ha dado confirmación la organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras.
El gobierno de Bachar el Asad, por su parte, ha pasado de demorar la entrada de inspectores de la ONU a su país, algo que hizo durante meses, a pedirles ahora que se queden más tiempo. Damasco ha solicitado formalmente la prolongación de esa misión, asegurando el miércoles que dispone de pruebas de que los rebeldes emplearon armas químicas en al menos tres ocasiones en el pasado, algo en lo que le ha respaldado formalmente el gobierno ruso a través de su ministerio de Exteriores.
La primera ocasión en que el gobierno y los rebeldes se acusaron mutuamente de emplear armas químicas fue en marzo, en un ataque con al menos 26 muertos en Jan el Asal, en la provincia de Alepo. Aquel incidente llevó a la Casa Blanca a abrir una investigación tras la cual concluyó que el régimen sirio había empleado armas químicas en distintos incidentes limitados, lo que ya suponía traspasar un límite marcado por Obama en una comparecencia pública hace un año.
Aunque el sábado los inspectores presenten sus resultados preliminares a Ban, y este informe de ellos al Consejo de Seguridad, estos necesitarían al menos una semana para completar los análisis de laboratorio pertinentes sobre las muestras que han recabado esta semana en el lugar del ataque, necesarias para determinar fehacientemente si se empleó gas sarín o un agente similar en el que podría ser el ataque con armas químicas más grave desde que Sadam Hussein aniquilara a miles de curdos con esa misma sustancia en 1988.
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