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Mancera templa a Tepito

El alcalde de México DF, en aprietos por la falta de resultados en la investigación, calma en persona a las familias de los desaparecidos, que le dan un voto de confianza a las pesquisas

Pablo de Llano Neira
Miguel Mancera, jefe de Gobierno del Distrito Federal.
Miguel Mancera, jefe de Gobierno del Distrito Federal.A. ESTRELLA (AFP)

El caso de los 12 jóvenes desparecidos en una discoteca del centro de México DF cumple hoy 26 días sin noticia de su paradero, y el alcalde de la capital, Miguel Ángel Mancera, en aprietos por la falta de resultados en la investigación y por el deterioro de la imagen de seguridad de la capital, ha recibido esta mañana a los familiares de las víctimas y ha intentado templar sus ansias.

Las familias están perdiendo la confianza en la fiscalía del DF, encargada del caso, y subordinada al Gobierno local, y si la relación con ellos se fracturase la crisis institucional del gabinete de Mancera podría ahondarse aún más. En las últimas dos semanas la presencia mediática del alcalde, con reputación de hombre sereno y hábil en la presentación pública de sus logros, ha aumentado notablemente. A la espera de que el caso se resuelva, el cuajo de Mancera para mostrar estabilidad será clave para contener el temprano deterioro de su mandato, que comenzó hace apenas un semestre.

Esta mañana el alcalde recibió a los familiares a las diez. Fue su tercera cita con ellos desde que estalló el caso. Según una de las madres de los desaparecidos, que pidió anonimato, Mancera les aseguró que la alcaldía está volcada en la búsqueda de los jóvenes. “Nos dijo que en el DF nunca había pasado algo así [un rapto colectivo], y que le preocupa, pero que tampoco van a escatimar en tiempo y en esfuerzos en resolverlo”.

Los familiares le pidieron información concreta sobre el avance de la investigación, y le dieron a entender que el trabajo del fiscal, Rodolfo Ríos, con el que ya se han reunido cinco veces, no les parece satisfactorio. Mancera, según esta versión, no opinó sobre este punto: “No dijo nada. Nos observó, pensó y se reservó sus comentarios”.

Un grupo civil ofrece una recompensa por pistas del caso

Este sábado el Consejo Ciudadano de Seguridad Pública del DF (con financiación público-privada) ha ofrecido una recompensa de 10 millones de pesos (unos 750.000 dólares) para quien aporte datos que permitan localizar a los 12 jóvenes desaparecidos el domingo 26 de mayo a la entrada del after-hours Heavens.

El viernes por la tarde se supo que esta organización anunciaría pronto una recompensa. Esa tarde los familiares de las víctimas salieron de una reunión con el fiscal y dijeron que no conocían ningún detalle de esa iniciativa. El Consejo Ciudadano dará una rueda de prensa este lunes para explicar sus motivos.

La semana pasada, en medio de las críticas de los medios a la falta de resultados de la investigación, y sobre todo a la torpe política de comunicación institucional en torno al asunto, el alcalde dio un toque de atención al fiscal jefe y al jefe de la policía, diciendo que si no obtenían resultados no tenían garantizada la permanencia en su gabinete. Esta semana el caso se cobró la primera víctima política, el director del centro de extraviados del DF, supuestamente porque tardó en alertar a sus superiores de la desaparición colectiva.

Esta tarde el fiscal Ríos tenía una prueba de fuego con las familias, que en la última reunión, el martes pasado, se cabrearon con la falta de avances en la investigación, se levantaron de la mesa y lo dejaron allí sentado sin formalismos de ningún tipo. Después de la reunión, al anochecer de este viernes, los familiares parecen haber recobrado la sintonía con el fiscal. Leticia Ponce, madre de Jerzy Ortiz, el único menor de edad entre los desaparecidos, afirmó que el funcionario les precisó su línea de investigación y que esto les dio más confianza en su trabajo.

Ríos no compareció ante la prensa después de la reunión, y la fiscalía no emitió ningún comunicado sobre el resultado de esta cita con los familiares de las víctimas.

El test de esta tarde para el fiscal era también un examen para Mancera, y parece que los dos lo han salvado, aunque la paciencia de los familiares, después de casi un mes de espera sin noticias del paradero de los jóvenes, pende de un hilo. De puertas para afuera, siguen mostrando públicamente su confianza en el alcalde, pero en privado sus palabras muestran un desencanto general con el Gobierno local.

“Si hubiera desaparecido el hijo de un político hubieran movido mar y tierra para encontrarlo”, decía esta mañana Beatriz Loza, tía de la desaparecida Monserrat Loza. “Él [Mancera] también es padre de familia. Que comprenda el dolor que tenemos”, dijo María Teresa Ramos, abuela de Jerzy Ortiz, el único menor de edad entre los desaparecidos, de 16 años. “Si [Mancera] no puede con el paquete, pues que renuncie”, dijo Juan Atiencia, hermano de Alan Omar Atiencia, también desparecido. “Que ya no nos traigan como pelotas de aquí para allá. Va a hacer un mes y nos traen siempre con lo mismo”, lamentó Julieta González, madre de la desaparecida Jennifer Robles.

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