El misterio del ‘rey’ de los camioneros sigue bajo tierra
El FBI busca de nuevo sin éxito los restos de Hoffa, desaparecido en 1975
Los agentes del FBI dieron ayer por terminada la más reciente búsqueda de los restos del expresidente del sindicato de camioneros de Estados Unidos Jimmy Hoffa, un caso que lleva en los archivos policiales casi cuatro décadas y cuya investigación todavía no se ha dado por finalizada, según confirmaron las autoridades.
“No se ha encontrado ningún resto del cuerpo”, dijo el responsable del FBI en Detroit, Robert Foley, horas después de que un equipo de excavadoras y antropólogos forenses reanudaran la búsqueda por tercer día consecutivo.
Hoffa, expresidente de uno de los tres sindicatos de camioneros más poderosos de Estados Unidos, los Teamsters, fue secuestrado el 30 de julio de 1975 y visto por última vez en el aparcamiento del restaurante Machus Red Fox, situado en Bloomfield Township (Michigan). Según informó el propio Hoffa, que tenía entonces 62 años, se iba a reunir con un presunto miembro de la mafia de esa ciudad y el jefe del sindicato de Nueva Jersey. El sindicalista fue declarado muerto en 1982.
Las labores de excavación comenzaron el pasado lunes en un terreno cerca de una granja situada al norte de Oakland Township, a unos 20 kilómetros del restaurante en el que secuestraron a Hoffa, después de que el líder de la mafia en Detroit en la década de los sesenta, Anthony Zerilli, de 85 años y familiar del dueño de la propiedad e hijo del reputado exjefe de la mafia, Joseph Zerilli, declarara, en un manuscrito de 21 páginas, que Hoffa estaba enterrado allí. El texto fue divulgado el pasado enero.
“Hoffa fue sacado de un coche amordazado, golpeado con una pala y enterrado con vida bajo un bloque de cemento en uno de los establos de la propiedad”, explicaba Zerilli. Su abogado, David Chasnick, aseguró el lunes que el FBI llevaba siete u ocho meses hablando con su cliente y que creía “al 100%” que esta vez sí iban a encontrar sus restos. No fue así.
Hoffa, padre del actual presidente del sindicato de camioneros, James Hoffa —elegido en el año 1998—, dirigió el gremio desde 1957 hasta 1971, cuando fue encarcelado por fraude y soborno.
Fue liberado a finales de ese mismo año cuando el presidente Richard Nixon conmutó su sentencia. Las autoridades siempre creyeron que fueron dirigentes del crimen organizado los que ordenaron su asesinato para evitar que retomara el control de la organización, tras su puesta en libertad. Cuando Hoffa dejó la presidencia, el sindicato contaba con 2,4 millones de afiliados.
En estos años la búsqueda de los restos del exsindicalista ha dado lugar a muchas teorías. La primera pista oficial se tuvo 17 años después de su desaparición, cuando un anciano de 70 años aseguró que la mafia les había pagado a él y a otros dos hombres 25.000 dólares por “deshacerse” de Hoffa. Aunque el FBI estudió la pista, nunca la confirmó.
Desde entonces, distintas hipótesis señalaron diferentes puntos del territorio de Estados Unidos como lugares donde pudieran estar enterrados sus restos, entre otras la zona del marcador del estadio de Los Gigantes, en Nueva Jersey, o la sede principal de General Motors, en Detroit.
El caso sin resolver de Hoffa se convirtió en uno de los más famosos de la historia de Estados Unidos y despertó la curiosidad de escritores y directores de cine. En 1992 el caso fue llevado al cine, con Jack Nicholson en el papel del sindicalista, y Danny DeVito como actor y director.
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