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El cierre de la televisión pública prende otra vez la mecha de la protesta en Grecia

Los sindicatos mayoritarios convocan una huelga para mañana jueves

María Antonia Sánchez-Vallejo
Empleados de la radiotelevisión pública griega (ERT) se concentran en la sede de la entidad en Agia Paraskevi en Atenas.
Empleados de la radiotelevisión pública griega (ERT) se concentran en la sede de la entidad en Agia Paraskevi en Atenas.ORESTIS PANAGIOTOU (EFE)

El cierre fulminante de la radiotelevisión pública griega (ERT), ejecutado ayer por decreto ley, amenaza con reanimar el aparentemente alicaído movimiento de contestación social al Gobierno de Atenas. Al apagón informativo de 24 horas de todas las cadenas de televisión y emisoras de radio del país, este miércoles, se unirá mañana jueves una huelga convocada por los dos sindicatos mayoritarios, GSEE (sector privado) y Adedy (sector público).

Entretanto, el Ejecutivo intenta echar balones fuera de una decisión que muchos consideran política y que ha suscitado el interés mediático del mundo entero. A primera hora de la mañana se ha divulgado el proyecto de ley del nuevo organismo público, que se llamará NERIT A.E. (siglas correspondientes a Nueva Radio, Internet y Televisión de Grecia) y que contará con un consejo supervisor que garantice la independencia de la cadena. A la vez, el portavoz del Gobierno, Simos Kedíkoglu, convocó a un grupo de corresponsales extranjeros en Atenas para templar la polémica generada por el cierre. “Es una gran mentira decir que la ERT va a cerrar. En su día se levantó sobre bases demasiado equivocadas como para poder renovarla ahora desde esos cimientos. Lo que va a cerrar es una estructura mostrenca, pero la radiotelevisión pública va a ser reestructurada”, subrayó Kedíkoglu.

Politizando aún más un asunto que se calienta por momentos, el portavoz envolvió al socialista Pasok y a Izquierda Democrática (Dimar), los dos socios de Andonis Samarás en el Gobierno, en los planes de reforma. “Ambos están de acuerdo con el Gobierno en la reestructuración, pero sostienen que debería seguir en el aire mientras se acomete la reforma”, explicó Kedíkoglu, que trabajó en la ERT entre 1990 y 1995. Tanto Pasok como Dimar se negaron a firmar el decreto de cierre, lo que arroja bastantes dudas sobre la viabilidad del tripartito. Según Kedíkoglu, ambos partidos fueron informados de la decisión gubernamental el domingo.

El crítico más acerbo del cierre de la ERT, Alexis Tsipras, líder de Syriza (principal grupo de oposición), se ha reunido a mediodía con el presidente de la República, Karolos Papulias. Tsipras calificó ayer de “golpe de Estado” el cierre unilateral, sorpresivo y fulminante de la cadena, para la que propone un modelo de gestión similar al de la BBC británica. Cada griego paga bimestralmente 4,2 euros en el recibo de la luz para sostener el organismo público, lo que supone, según fuentes gubernamentales, un coste anual de 300 millones de euros. El nuevo proyecto de tele pública prevé rebajar la contribución de los ciudadanos a unos 100 millones al año, según dichas fuentes.

Mientras, problemas técnicos impidieron a primera hora de la mañana que los trabajadores de ERT siguieran emitiendo en streaming a través de la página web de la ERT. La difusión en audio se reinició poco después de mediodía a través del sitio de Internet Zougla.gr. Los trabajadores siguen encerrados en las instalaciones de ERT, mientras un retén de la policía rodea preventivamente la sede de DIGEA, la empresa de gestión de la señal numérica en Grecia, en el barrio de Maroussi.

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