Santos descarta la propuesta de las FARC de aplazar el calendario electoral
Así comenzó en La Habana el pulso por la participación en política de las FARC. Este es el segundo punto de negociación de una agenda de seis
Cuando se creía que había pasado lo más difícil en la negociación del gobierno de Juan Manuel Santos con las FARC –tras haber llegado a un acuerdo en el tema agrario considerado el epicentro del conflicto armado colombiano– esa guerrilla volvió a tomarse los micrófonos para pedir que el calendario electoral que se avecina, donde se elegirá presidente, congresistas, alcaldes y gobernadores, sea aplazado un año, ya que consideran que este ejerce presión sobre las negociaciones. La propuesta fue rechazada casi inmediatamente por el jefe del equipo negociador del gobierno, Humberto de la Calle, que como en otras ocasiones dijo que ese no era un tema de las conversaciones actuales y que lo que hace es distraer.
La propuesta la dio a conocer Iván Márquez, líder de los negociadores de las FARC en La Habana, justo al inicio de la décima ronda de negociaciones que se centrará en el tema la participación política de las FARC una vez dejen las armas y que es el segundo punto de una agenda de seis, con la que se busca ponerle fin a un conflicto de medio siglo. “Un acto constituyente permite aplazar las elecciones. Proponemos un año de aplazamiento sin reelección presidencial”, dijo el jefe guerrillero.
De la Calle, que como Márquez también dio declaraciones en La Habana, fue enfático en afirmar que “no debemos distraernos en propuestas que poco contribuyen a la claridad como ocurre con la supuesta prolongación del período los elegidos, eso no va, una constituyente no va”, e insistió en que los colombianos esperan resultados y de ahí que las negociaciones tomen más ritmo.
El jefe negociador del Gobierno explicó que lo que se discutirá de ahora en adelante es la manera en cómo se abrirá el camino para que las FARC se transformen en un movimiento político. También explicó que los temas cruciales de la discusión serán las garantías que se ofrecerán para la oposición, en especial para los nuevos movimientos que surjan de este proceso de paz, la participación ciudadana y la promoción de una mayor participación en la democracia con garantías e igualdad de condiciones.
Santos, quien se encuentra en una visita oficial en Israel, también descartó de tajo la propuesta de que se prolonguen los periodos. “No hay la más mínima posibilidad que eso se pueda dar, nosotros tenemos un calendario electoral, se va a cumplir”, dijo en Jerusalén.
Sin embargo, la propuesta de las FARC puede verse como una reacción a un posible escenario político adverso de no concretarse un acuerdo de paz antes de las elecciones de 2014. Lo que mostraron los negociadores de la guerrilla con este pronunciamiento sería el temor que le asalta a varios sectores de la política colombiana que han advertido que, de no firmarse una paz antes de las presidenciales y congresionales del próximo año, cualquier acuerdo tendría que pasar por un nuevo Congreso –que se elegirá en 2014– en el que no se sabe si Santos tendrá mayorías.
Uno de los que más ha insistido en que se debe llegar a acuerdos pronto ha sido el presidente del Senado, Roy Barreras, en parte movido por la posible necesidad de que estos acuerdos deberían ser refrendados por un Congreso que en este momento apoya en su mayoría las negociaciones. Por eso, en marzo, cinco congresistas viajaron a La Habana, entre los que estaba él, para recordarles a las FARC que para que el Congreso actual ratifique los posibles acuerdos a los que se lleguen –a través de una reforma estatutaria– debían tener en cuenta ese calendario. Barreras, al conocer la propuesta de las FARC la tildó de inconstitucional, “no tiene ninguna posibilidad de hacerse”, dijo a medios locales.
Aun así, uno de los principales temores que pueden estar evidenciando los negociadores de las FARC es el protagonismo que han ganado varios sectores en la oposición, que le apuestan a buscar acabar con la hegemonía en el Congreso y de paso con la mayoría que tiene la llamada Unidad Nacional, un grupo de partidos políticos que apoyan al gobierno de Santos en el actual proceso de negociación, con lo que podrían cerrar el camino a la refrendación de los acuerdos por la vía legislativa.
Aunque las FARC en anteriores pronunciamientos han criticado el sistema electoral colombiano, es evidente que de desmovilizarse será en ese mismo sistema que han tildado de corrupto en el que tendrán que ganarse un espacio político.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.