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El declive de la Zona Rosa contado por un francés exquisito

Henri Donnadieu relata la degradación del barrio en el que dirigió el histórico bar El Nueve

Pablo de Llano Neira
Henri Donnadieu en una foto de su archivo particular.
Henri Donnadieu en una foto de su archivo particular.

Henri Donnadieu es un señor de 70 años al que la elegancia ya se le presupone por el nombre: solo pronunciarlo supone un ejercicio de distinción fonética. Cuando llega a la entrevista aparece un hombre mayor pero con poso juvenil. Lleva perilla y unas gafas de pasta. Se pide un café (en una cafetería de la Roma, el barrio más de moda de México DF) y se pone a hablar de cómo se ha ido degradando su querida Zona Rosa, que fue el barrio de moda en los años ochenta y ahora es un lugar venido a menos, de gusto grueso, y en el que hace dos semanas secuestraron a 12 jóvenes en un after-hours crepuscular.

Donnadieu fue el fundador de un bar histórico de la Zona Rosa, El Nueve, cuando la Zona Rosa era, en sus palabras, “un lugar bohemio-nice”. Lo abrió en los años setenta y llegó a ser una especie de Studio 54 mexicano. Empezó como bar gay pero pronto se abrió a toda clase de gente. “La Grande Époque fue en los ochenta, con la mezcla de personalidades: desde políticos de alto nivel a artistas e industriales”, recuerda. “El Nueve fue el primer lugar donde se escuchó el rock de la movida española”.

Herni Donnadieu era una de las imágenes de la beautiful people del DF en aquel tiempo, un francés mexicanizado que iba y venía de Nueva York, donde según dice tuvo una estrecha amistad con Andy Warhol, y que también hizo amistad, aunque no tan cercana, con la cantante española Alaska. Pero la primavera de El Nueve y de la Zona Rosa se secó, según su punto de vista, nada más cruzar a la década de los noventa. “Era un lugar muy bonito, pero yo ya hace años que le llamó la Zona Roja”, dice Donnadieu con melancolía.

¿Y cómo era la Zona Rosa en sus buenos tiempos?

“Era el lugar turístico por excelencia, lo que ahora son La Roma o La Condesa. Era gente de clase media alta, y había grandes restaurantes. Tenía los lugares de moda y la calle más elegante de México, que era la calle Amberes, que ahora es una calle sórdida para lugares gay de baja categoría, un gueto degradado”. Donnadieu aclara que él es de izquierdas y que no es clasista en absoluto, pero considera que el tipo de ocio gay que se ha instalado en la Zona Rosa es cerrado y poco integrador.

Henri Donnadieu clausuró El Nueve en 1989, según él porque no quiso entrar en el juego de corrupción de los organismos encargados de regular los negocios de entretenimiento. Dice que este cierre fue el símbolo del inicio del declive de la Zona Rosa. “Empieza a notarse cuando se abre el primer table dance [local de streap-tease], el Royal, en la calle Génova, y después le siguieron otros table. Hasta El Nueve se convirtió en uno, el Solid Gold. Ahí se inició el cambió. Con los table llegan los tarjeteros [gente que en la calle invitar a entrar en ellos] y otro tipo de clientela. Llega la prostitución y ese fenómeno gay barato. Todo esto, además, fue un fenómeno que vino ligado a la corrupción política”.

De todos modos el restaurador francés no pierde la esperanza de que la Zona Rosa (o Roja, para él) vuelva pronto a su tonalidad de origen. Menciona que las obras que se están haciendo en el Paseo de la Reforma, que limita con la Zona Rosa, podrían reactivarla. “Es una avenida muy bella, el Paseo de la Reforma”, dice Henri Donnadieu.

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