El Estado de Michoacán pone a prueba la estrategia de seguridad de Peña Nieto
El Gobierno mexicano dice que no habrá “pacto ni tregua” con el narco y despliega tropas
La caótica situación de Michoacán se ha convertido en la primera prueba de la estrategia de seguridad del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto. El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, aseguró este martes que las fuerzas federales permanecerán en ese Estado del suroeste del país hasta que haya paz. “No habrá ni pacto ni tregua con el crimen organizado”, afirmó.
Fuerzas de la policía federal, del Ejército y la Marina comenzaron a desplegarse el mismo día por 19 de los 113 municipios de Michoacán definidos por las autoridades como “focos rojos”, aquellos donde desde hace meses proliferan los grupos de autodefensa formados por vecinos armados y es territorio en disputa por los carteles de la droga.
En las tareas de pacificación, que se llevará a cabo principalmente en la zona de Tierra Caliente, participarán miles de agentes de la policía federal y unidades de los cuerpos de élite de las Fuerzas Armadas. Al contrario que en los operativos de seguridad realizados durante el sexenio del ex presidente Felipe Calderón (2006-20012), esta vez no se hizo público el número de fuerzas federales implicadas.
Osorio Chong informó que la operación será coordinada por el secretario de la Defensa Nacional, general Salvador Cienfuegos, y garantizó todo el respaldo del Gobierno federal al gobernador interino del Estado, Jesús Reyna, quien, por su parte, aseguró que habrá una depuración de los cuerpos policiales estatales. Ante el deterioro de la situación, el Gobierno de Peña Nieto nombró el pasado jueves al general de división, Alberto Reyes Vaca, nuevo secretario de Seguridad de Michoacán. En 14 de los 32 Estados mexicanos la seguridad ya está en mano de jefes militares.
El secretario de Defensa Nacional aseguró que no se permitirá que la gente ande armada y que “quien lo haga será detenido”, si bien, matizó, es una tarea complicada “porque hay grupos auténticos que defienden su comunidad así como gente financiada por la delincuencia”. En localidades como Buenavista, La Ruana, Tepalcatepec y Coalcomán los vecinos llevan semanas sitiados por los Caballeros Templarios y las grandes compañías de distribución de alimentos así como la petrolera Pemex han dejado de distribuir sus productos allí por el peligro que supone. También escasean las medicinas. Dada esta situación, se formaron grupos de autodefensa, si bien existe la sospecha de que son armados por el cartel Jalisco, Nueva Generación, rivales de los Templarios.
Los habitantes de estos municipios recibieron con escepticismo la llegada de las fuerzas federales e incluso impidieron la instalación de retenes y controles, según información de los medios locales. Los vecinos desconfían de que los militares sustituyan realmente a los grupos de autodefensa y no aceptan que estos sean desarmados. Incluso llegaron a retar a los miembros del Ejército a enfrentarse a los Caballeros Templarios.
Tras más de tres horas de reunión a puerta cerrada en Morelia, la capital de Michoacán, con los responsables del Ejército, la Marina, la Procuraduría General de la República (PGR) y el gobernador del Estado, entre otras autoridades, Osorio Chong se comprometió públicamente a no retirar a las fuerzas federales hasta que no se den condiciones de seguridad para los michoacanos. El objetivo de la operación, afirmó, es “transformar la realidad que vive hoy el Estado”.
Las autoridades confían en comenzar a revertir la actual situación de inseguridad en el plazo de un mes, pero la mayoría de los expertos son escépticos. El ex presidente Calderón comenzó en Michoacán en 2006 su guerra contra el crimen organizado sacando a los militares a las calles, una política que ahora es considerada unánimemente fracasada.
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