Estado de emergencia en el norte de Nigeria ante la amenaza islamista
El presidente adopta esta medida tras una oleada de ataques de la milicia radical Boko Haram
El presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan, declaró este martes el estado de emergencia en tres estados del noreste del país africano —Borno, Yobe y Adamawa— y envió más tropas a la zona en un intento de detener la creciente violencia sectaria.
La secta islamista Boko Haram ha intensificado en las últimas semanas sus ataques contra las fuerzas de seguridad y el Gobierno en sus bastiones del noreste. “Nos enfrentamos (…) a una insurgencia de grupos terroristas que suponen una amenaza muy seria a nuestra unidad nacional”, declaró el presidente por televisión.
“Han atacado edificios e instalaciones gubernamentales. Han matado a ciudadanos inocentes y a funcionarios. Han quemado casas y secuestrado a mujeres y niños. Esos actos suponen una declaración de guerra”, añadió Jonathan.
La decisión del presidente llega en un momento en el que Boko Haram se ha adueñado de varias áreas del noreste de Nigeria, alrededor del lago Chad, de donde los funcionarios del Gobierno han huido.
Fuentes de seguridad han asegurado a la agencia Reuters que los islamistas controlan al menos 10 municipios del estado de Borno, el epicentro de la insurgencia. La semana pasada, decenas de combatientes de Boko Haram sitiaron la ciudad de Bama donde liberaron a 100 presidiarios y mataron a 55 personas, en su mayoría policías.
Han quemado casas y secuestrado a mujeres y niños. Esos actos suponen una declaración de guerra
G. Jonathan, presidente de Nigeria
Unos días antes, decenas de personas murieron en la localidad pesquera de Baga, también en el estado de Borno, donde tropas de Nigeria, Níger y Chad lanzaron una redada contra los islamistas. Habitantes del pueblo aseguraron entonces que los soldados eran responsables de la muerte de muchos civiles.
El estado de emergencia puede avivar las tensiones ya existentes entre el presidente y los poderosos gobernadores de los estados del norte. “No es una buena decisión”, opinó Bashir Tofa, excandidato a la presidencia y político del norte país.
Boko Haram y otros grupos terroristas como Ansaru —ligado a Al Qaeda— se han convertido en la mayor amenaza para la estabilidad de la segunda economía africana y mayor exportador de petróleo del continente.
El líder de Boko Haram, Abubakar Shekau, dijo en un vídeo la semana pasada que su secta había secuestrado a mujeres y niños en represalia por la actuación de las fuerzas de seguridad que, según él, habían detenido a las mujeres y los niños de sus miembros sin motivo alguno.
La violencia también se ha apoderado de otras regiones de Nigeria. La semana pasado, 46 policías murieron tiroteados en una emboscada.
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