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Angela Merkel fue más afín al régimen comunista de lo que admite, dice un libro

Los autores sostienen que la actual canciller propugnó un "socialismo democrático" en una Alemania oriental independiente

Merkel, el pasado viernes visitando a los soldados alemanes en Afganistán
Merkel, el pasado viernes visitando a los soldados alemanes en AfganistánKAY NIETFELD (AFP)

Es la jefa de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) desde 2000 y la canciller de Alemania desde 2005. Hay poco que contar sobre la vida de Angela Merkel, al margen de la política: se doctoró en fisicoquímica, está casada con un catedrático de esa misma especialidad, tiene 58 años y ningún hijo. Las biografías que están saliendo como setas en los meses previos a las elecciones de septiembre cuentan, a menudo, las mismas anécdotas que ella se encarga de difundir para compensar su habitual reserva. Pero la vida de la canciller alemana mantiene una gran zona en la penumbra que abarca su juventud al otro lado del Muro. Pasó 35 años en la socialista República Democrática Alemana (RDA), 12 más de los que ha vivido en la Alemania unificada y capitalista donde hoy toma decisiones que afectan a todos los ciudadanos de la Unión Europea. Un libro que se publicará este martes intenta esclarecer su pasado político previo a la unificación de 1990. La sorprendente tesis es que fue una comunista reformista más afín al régimen de lo que ella admite.

La primera vida de Angela M., obra de dos periodistas del grupo de comunicación Springer, deforma su imagen de científica apolítica y ansiosa por la unificación. Las investigaciones y entrevistas de los autores recogen que propugnó un "socialismo democrático" en una RDA autónoma e independiente. En 1981, años antes de que cayera el Muro, se había comprometido como secretaria de Agitación y Propaganda la organización juvenil socialista FDJ (Juventud Libre Alemana). Ella ha negado siempre este punto, a veces con bromas: "Yo no recuerdo haber agitado mucho". Sí admite haber militado en la FDJ, que en la RDA no era nada extraordinario: "Eso ya se sabe, no hay nada que ocultar", dijo hace años. Quedan fotos de la quinceañera Angela Kasner, su nombre de soltera, con la medalla Lessing "al excelente rendimiento escolar y social" recién prendida en el uniforme azul del FDJ en 1971. En 1978 entró a trabajar en la Academia de las Ciencias de Berlín, sección de Química Teórica.

Uno de los autores del libro, Ralf Georg Reuth, acusa a Merkel de haber maquillado su biografía para "adecuarla a las expectativas de los militantes democristianos" (CDU). La CDU, como su formación hermana en Baviera (CSU), era el gran partido católico de centroderecha, históricamente anticomunista. Necesitaba líderes del Este a los que se suponía un pasado de resistencia o, al menos, de desacuerdo íntimo con el régimen de la RDA. Merkel no dijo nunca que fuera una disidente, pero ha insistido en su distanciamiento personal. Su compromiso político con la formación Despertar Democrático (DA) empezó, según su versión oficial, con la caída del Muro. DA se había pronunciado para entonces en favor de la unificación de las dos Alemanias. Pero Reuth y su coautor Günther Lachmann aseguran que Merkel colaboraba con DA mucho antes, con grupos de la izquierda reformista, no rupturista, en la RDA.

Su carrera tras 1990 fue meteórica. Obtuvo la cartera de Mujer y Juventud en el primer Gobierno de la nueva Alemania, elegido ese mismo año. Sus principales valedores políticos fueron Wolfgang Schnur (DA) y Lothar de Maizière (CDU). Ambos habían sido colaboradores informales (IM), es decir confidentes, de la temida policía política (Stasi) en la RDA. Cuando este pasado truncó ambas carreras políticas, Merkel obtuvo el respaldo del canciller Helmut Kohl. Su primera vida quedó en la sombra por mucho tiempo.

Merkel no quiso colaborar con los autores del nuevo libro ni se ha pronunciado al respecto. Uno de sus portavoces dijo este viernes: "Todo el mundo sabe que la canciller vivió en la antigua RDA y que siempre ha respondido abiertamente las preguntas". La oposición socialdemócrata considera, en cambio, que debería ofrecer nuevas aclaraciones. El dirigente del SPD Ralf Stegner recalcó que "no se trata de algo ocurrido hace cien años". Se diría, en realidad, que han pasado mil.

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