Hillary Clinton confía en un “pronto final” de la dictadura en Cuba
La secretaria de Estado asegura que hará todo lo posible por asegurar la presencia de las mujeres en los más altos puestos de responsabilidad política
A tres días de abandonar su cargo al frente de la diplomacia de Estados Unidos, Hillary Clinton ha mantenido un encuentro con medios de comunicación y jóvenes de todo el mundo en el que ha analizado, entre otros asuntos de política internacional, la relación de ese país con América Latina. Clinton ha alabado los progresos económicos y democráticos de la región y se ha mostrado confiada de un “pronto final” de la dictadura en Cuba.
“Desafortunadamente, aún hay una dictadura en Cuba, aunque tenemos la esperanza de que esa situación cambie pronto, y quedan retos democráticos en otros países, pero la evolución y la consolidación de las libertades en América Latina es muy positiva y creo que ese es el camino que hay que continuar”, ha asegurado Clinton. La secretaria de Estado ha reconocido que quizás la relación entre EE UU y la región “no llene los titulares", como ocurre con otros países, pero lo justifica en ese afianzamiento de la democracia. “Tenemos una relación muy estrecha con América Latina y quiero que sea todavía más estrecha. Estoy trabajando con el presidente Obama para cerrar acuerdos en el segundo mandato que tengan mayor relevancia”, ha señalado Clinton.
No importa si ha sido preguntada por la tensión en el Norte de África, el proceso de paz en Oriente Próximo, la amenaza nuclear de Corea del Norte e Irán o la relación con Rusia, Clinton siempre ha deslizado un mensaje de apoyo a la lucha por los derechos de la mujer en esas zonas. De hecho, en lo único que ha sido clara la actual secretaria de Estado a la hora de hablar de su futuro ha sido sobre ese particular. “Haré todo lo posible para garantizar que la mujer compita a los niveles más altos, no sólo en EE UU, sino en todo el mundo. Cuando se ponen barreras a la mitad de la población, se está deteniendo el propio desarrollo”, ha asegurado Clinton.
La secretaria de Estado ha reconocido que quizás la relación entre EE UU y la región “no llene los titulares", como ocurre con otros países, pero lo justifica en el afianzamiento de la democracia
La secretaria de Estado ha eludido pronunciarse sobre la posibilidad de que se presente a la presidencia en 2016. “Ahora mismo en lo único que pienso es en recuperar el sueño perdido”, ha bromeado. Es posible que ella no se esté planteando en este momento repetir la carrera hacia la Casa Blanca que ya intentó en 2008, pero el viernes pasado se constituyó el Comité de Acción Política, Ready for Hillary [Listos para Hillary], para apoyar económicamente la candidatura de Clinton.
“La mayor parte de África no recibe la atención que se merece”, ha asegurado la secretaria al comienzo del encuentro. Clinton ha reconocido que la inestabilidad en el norte de ese continente, tras las revoluciones de 2011, constituirá uno de los futuros retos de la política exterior estadounidense a los que deberá enfrentarse su sucesor, John Kerry. “Tras la Primavera Árabe, muchos han optado por la violencia y no por las vías democráticas para defender sus ideales. Esa violencia es, ante todo, una amenaza para los propios ciudadanos de África”, ha indicado. “Las democracias no se construyen de la noche a la mañana, se necesita paciencia y perseverancia para consolidar una democracia estable”, ha dicho la secretaria en referencia a la inestabilidad que se vive en algunos países de la zona, como Egipto o Libia.
Además de la seguridad en el Norte de África, Clinton ha destacado la lucha contra el cambio climático como otro de los desafíos que deberá afrontar Kerry en el futuro
Además de la seguridad en el Norte de África, Clinton ha destacado la lucha contra el cambio climático como otro de los desafíos que deberá afrontar Kerry en el futuro. “Si no hacemos algo, en 10 años la lucha por los recursos naturales se convertirá en un problema”, ha advertido.
Clinton ha reconocido que de lo que más se lamenta en estos cuatro años al frente de la diplomacia de EE UU es del ataque al consulado de Bengasi del pasado 11 de septiembre que se cobró la vida de cuatro compatriotas, entre ellos el embajador en Libia e íntimo amigo de la secretaria, Christopher Stevens.
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