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La Aviación francesa ataca el bastión yihadista de Gao

La ofensiva avanza sobre el norte de Malí

José Naranjo
Soldados franceses revisan uno de los aviones de Fuerza Aérea destinados a Malí.
Soldados franceses revisan uno de los aviones de Fuerza Aérea destinados a Malí.Nicolas-Nelson Richard / ECPAD (EFE)

La guerra avanza en el norte de Malí. Aviones franceses atacaron ayer posiciones yihadistas en la ciudad de Gao e incluso más al norte, cerca de la frontera con Mauritania, y llevaron su ofensiva hasta el corazón mismo de la zona bajo control de los grupos salafistas. Un residente en Gao confirmó por teléfono que sonaron “cuatro detonaciones muy fuertes” en la zona de la Comisaría de Policía y del puesto de control que hay en la salida de la localidad, en dirección a Kidal.

El impacto más fuerte tuvo lugar en la Dirección General de la Aduana, una de las bases del Movimiento por la Unicidad de la Yihad en África del Oeste (Muyao), grupo terrorista que controla esta ciudad. Según un residente, hay al menos una decena de muertos y varios heridos, todos miembros del Muyao.

“Los habitantes de Gao estamos metidos en nuestras casas, hemos oído los aviones y luego las explosiones”, asegura un vecino. En los últimos días, los miembros de Muyao habían hecho acopio de agua y carburante en previsión de que tuvieran que huir de manera precipitada. Y en el hospital se encuentran decenas de milicianos heridos en estos tres días de combates que han librado con el Ejército de Malí y los soldados franceses en la ciudad de Konna.

Un portavoz del Ejército maliense aseguraba que han muerto al menos un centenar de yihadistas, entre ellos uno de los lugartenientes de Iyad Ag Ghali, el líder de Ansar Dine, llamado Abdel Karim. Por otro lado, al piloto de helicóptero francés fallecido el viernes hay que sumar 11 soldados malienses muertos y unos 60 heridos. Las cifras reflejan la dureza de los combates del jueves y el viernes en Konna, ciudad en la que se frenó el avance yihadista hacia el sur.

La Aviación francesa también ha bombardeado otras posiciones en el norte, en concreto un presunto depósito de armas en Bourem y un campo militar a las afueras de Leré, cerca de la frontera con Mauritania. Mientras tanto, a Bamako ha llegado ya un contingente de decenas de soldados franceses procedentes de Costa de Marfil y Chad. Unos doscientos permanecerán en la capital para reforzar la seguridad de los residentes galos y el resto partirán hacia Sevaré, donde se están reagrupando las fuerzas que pretenden liberar el norte de Malí.

Este domingo está prevista la llegada a Bamako del general nigeriano Shehu Abdulkadir, quien va a coordinar las operaciones de la Misión internacional para el norte de Malí (Misma) integrada por unos 3.300 soldados de países africanos de la Cedeao que empezarán a llegar a Malí en las próximas horas. Cuatro países ya han comprometido el envío de unos 500 efectivos cada uno, en concreto Nigeria, Togo, Níger y Burkina Faso, y Senegal ha anunciado también su disponibilidad.

En la capital maliense ha comenzado este fin de semana una amplia campaña de donación de sangre para los heridos del frente, unos mil ciudadanos se han acercado hasta el lugar habilitado, cerca de la Ciudad Administrativa, para donar su sangre. Seydou Doukouré Lasana, vecino de Bamako de 27 años, es uno de ellos. “¿Cómo me iba a quedar en mi casa mientras mis hermanos mueren por mi país? Todos tenemos que apoyar a nuestro Ejército. Queremos la paz, este es un país musulmán pero siempre hemos sido respetuosos con los católicos y con otras religiones. Pero ahora toca hacer la guerra”, dijo.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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