La abstención marca las elecciones a gobernadores regionales en Venezuela
Por primera vez en 14 años, Chávez está fuera del país durante unos comicios
Desde muy temprano y hasta que a las siete de la tarde en Venezuela -doce y media en España- han cerrado los colegios, los candidatos del chavismo y de la oposición que este domingo competían por las 23 gobernaciones regionales de Venezuela han estado pidiendo a sus electores que acudieran a votar. Estos comicios son los primeros, en 14 años, que no cuentan con la presencia del presidente venezolano, Hugo Chávez, reelegido en octubre para un cuarto mandato y hospitalizado desde hace una semana en La Habana como consecuencia del cáncer que le fue diagnosticado en junio de 2011.
La opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) se jugaba en estos comicios —cuyos resultados no iban a hacerse públicos hasta bien entrada la pasada madrugada— los últimos bastiones de poder tras la derrota que sufrió en las presidenciales. Los partidos del frente chavista, que gobiernan en 16 de los 23 Estados, ponían a prueba, por su parte, su capacidad para mantener unidos y movilizados a sus seguidores sin contar con la ayuda directa de Chávez.
Transcurrida la mitad de la jornada de votaciones, solo una tercera parte de los inscritos en el censo electoral había depositado su sufragio. Las autoridades electorales calculaban que la abstención rondaría finalmente entre el 45% y el 55%.
“Los que no han acudido a votar, salgan a votar. Este proceso es clave para el futuro. A nosotros nadie nos va a expropiar el futuro. Venezuela espera por todos”. Este fue el llamamiento que hizo Henrique Capriles, excandidato único de la oposición en las presidenciales, gobernador de Miranda y aspirante a la reelección.
En el colegio Santo Tomás de Villanueva, el centro electoral de Caracas donde Capriles vota, solo habían depositado su papeleta hasta ese momento un 30% de los votantes inscritos. Su contrincante más directo, Elías Jaua, exvicepresidente y candidato del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV, chavista), también llamó a sus seguidores a “redoblar la marcha” cuando acudió a las urnas. “Estamos absolutamente convencidos de que estas elecciones tienen una importancia clave para la estabilidad política de Venezuela. Vamos a comenzar a votar desde temprano”, aseguró Jaua, quien fue mano derecha del presidente Chávez hasta octubre pasado, cuando fue relevado en el cargo por el entonces canciller, Nicolás Maduro.
El Estado de Miranda, una de las joyas de la corona de la oposición que está juego en estas elecciones, es un bastión opositor desde 2008. En su territorio, están asentados cuatro de los cinco municipios que conforman la zona metropolitana de Caracas. Si Capriles gana la reelección tendrá mayores posibilidades de volver a representar a la oposición en las presidenciales que habría que convocar en caso de que un agravamiento de la salud del actual jefe de Estado o su muerte impidieran a Chávez asumir un nuevo mandato en enero. Ante este escenario, Chávez ya ha designado al vicepresidente, Nicolás Maduro, como su sucesor político. “Elijan a Maduro como presidente”, pidió al chavismo, antes de viajar a La Habana el 9 de diciembre, donde el pasado martes fue sometido a una cuarta intervención quirúrgica.
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, sigue con su proceso de estabilización en Cuba y con una tendencia positiva en su recuperación tras "complicaciones" sufridas por una hemorragia en la operación del pasado martes, informó este domingo el Gobierno venezolano.
"Queríamos compartir con el país que el comandante presidente sigue en su proceso de estabilización, la tendencia sigue siendo positiva día tras día, hora tras hora", indicó el ministro de Ciencia y Tecnología, Jorge Arreaza, yerno de Chávez, en una conversación telefónica desde La Habana transmitida por el canal estatal VTV.
Arreaza comentó que Chávez está "muy pendiente de las elecciones que se están realizando hoy" y ha ratificado "el llamado" a los venezolanos "a ejercer ese sagrado deber y derecho".
A pesar de la importancia capital de estas elecciones en el futuro político venezolano, la participación parecía mucho más baja que el pasado 7 de octubre, en las presidenciales. No había amanecido aún ese día cuando ya había votantes haciendo cola ante los colegios. “Ese día salí de mi casa a las 5.30 y terminé votando a las doce”, recordaba ayer Ángel Parra, de 25 años, panadero y estudiante de último año de Ingeniería Industrial en la ciudad de Valencia, a unos 160 kilómetros al suroeste de Caracas.
En estos comicios, las filas de votantes que esperaban ante el colegio de Parra habían sido reemplazadas por pequeños grupos que parecían acudir con desgana a votar por sus candidatos a gobernador y a diputados regionales. De los 5.800 electores inscritos en ese centro, solo 1.300 habían ido a votar hasta la una de la tarde. La misma escena parecía repetirse a la misma hora, cerca de las dos de la tarde (20.30 en la España peninsular), en el resto de Venezuela.
Los sondeos prevén que el bloque opositor puede ganar en al menos cinco de los 23 Estados del país, entre ellos Zulia y Miranda, dos de las regiones más ricas de Venezuela y donde se concentra un alto porcentaje de la población.
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