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“Hay un indigenismo infantil que ve la pobreza como parte del folclore”

El presidente de Ecuador denuncia los estragos de la crisis sobre los inmigrantes en España y defiende la titularidad pública de los medios de comunicación

El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, durante la entrevista.
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, durante la entrevista.PACO PUENTES (EL PAIS)

El presidente de Ecuador, Rafael Correa (Guayaquil, 1963), llegó en la madrugada de este jueves a Sevilla como primera parada previa a su participación en la Cumbre Iberoamericana de Cádiz. Correa se reunió con una representación de emigrantes ecuatorianos, un colectivo que en España roza las 600.000 personas, según el propio presidente. Un colectivo en el que muchos tienen graves problemas hipotecarios y muy importante de cara a las próximas elecciones presidenciales, en febrero.

Pregunta. ¿Cómo considera que ha tratado España a los inmigrantes ecuatorianos?

Respuesta. España los ha tratado muy bien. El que los trató muy mal, no solo a los migrantes, también a los propios españoles, fue el capital. Cuando usted ve el caso de las hipotecas se trata de un abuso del capital sobre los seres humanos. El coste de la crisis debe caer sobre todo sobre el capital, sobre las corporaciones, y aquí recae totalmente sobre los seres humanos.

P. ¿La situación era tan grave como para aprobar una ley que protegiera las propiedades en Ecuador de los hipotecados?

La solución al 'caso Assange' es un salvoconducto. Está en manos inglesas

R. Hace unos meses, denuncié en España cómo era el abuso del sistema hipotecario, pero cuando regreso a Ecuador me doy cuenta de que tenemos la misma ley. Hemos estado tan acostumbrados a estos abusos que se ha hecho pasar como avance civilizatorio, como verdades inmutables que ni nuestro Gobierno de izquierdas y revolucionario se había percatado.

P. ¿Llegó a temer que pudiera haber embargos a distancia?

R. No, no, ni por lo más remoto hubo una crisis en ese sentido.

P. Uno de los temas de esta cumbre será sin duda el de los flujos migratorios. En ambos sentidos.

Por qué la información no puede ser estatal, como la justicia?

R. Estamos haciendo una profunda reforma universitaria en la que para alcanzar la titularidad como profesor haya que tener el grado académico máximo. Y eso ha interesado mucho a docentes españoles que no tienen trabajo pero que son gente altamente capacitada que están buscando como alternativa de residencia y ocupación Ecuador. Y son bienvenidos.

P. Cádiz se cita como una de las cunas de las libertades en España. Una de ellas, la de prensa. Tras lo sucedido con El Universo, ¿cree que tendrá problemas?

R. No entendí la pregunta.

P. Su relación con la prensa es un tema muy candente a nivel internacional.

R. Hay ciertos negocios dedicados a la comunicación que son corruptos y politiqueros. Uno de los grandes males de América Latina es la mentira, aceptar pasivamente el daño social. Acá no se entiende lo que sucede en América Latina, un actor político, acostumbrado a quitar y poner presidentes…. Y cómo se responde a estos abusos: con la ley. Pero se aplica la ley y también se dice que es un atentado a la libertad de expresión.

P. ¿Dónde termina la libertad de expresión, según usted?

R. Estamos de acuerdo en que la información es un derecho, lo que hay que preguntarse es si ese derecho puede ser el producto de negocios privados con ánimo de lucro. Por definición, van a buscar el lucro, no a garantizar el derecho. Segundo, si esos negocios deben limitarse a informar, a comunicar o también a hacer política. Y, tercero, lo fundamental, si se puede mentir. En el caso de El Universo, el artículo decía que soy un criminal de lesa humanidad y que yo fui el que ordené disparar contra un hospital. Mienten, pero el problema no es la mentira, es que les puse un juicio.

P. Pero el negocio y la prensa de calidad no están reñidos.

R. Es un conflicto que puede ser mitigado con profesionalidad, por decencia. Esto es lo que se tiene que discutir, si no es mejor tener más medios públicos, comunitarios, sin fines de lucro. Incluso [discutir] una propuesta arriesgada: si [la información] es un derecho, la base de las libertades fundamentales y la libertad de expresión, por qué no puede ser una función del Estado, como la justicia.

P. La situación de Julian Assange en la Embajada en Londres, ¿amenaza con enquistarse?

R. Sí, hay una incertidumbre, más que un riesgo de que se pueda perpetuar. La solución está en manos de Inglaterra, que le dé el salvoconducto. Y de Suecia. En la ley sueca hay precedentes de que un fiscal sueco interrogue a Assange en la embajada. ¿Por qué no lo hacen?

P. En febrero hay elecciones. Si gana, ¿sería el último mandato?

R. Sí.

P. ¿Ha traicionado sus ideas en ese camino?

R. Eso es mentira. Siempre he dicho que lo más peligroso es el izquierdismo del todo o nada y hasta el indigenismo infantil, que la pobreza es parte del folclore, que la gente viva en la miseria pero qué bonito paisaje. Ya en 2009 dijimos ‘vamos a explotar el potencial minero’.

P. ¿Qué busca Ecuador en esta cumbre?

R. Yo estoy muy agradecido por la invitación a la cumbre (risas), pero cualquier cumbre que incluya a más de dos ya pierde eficiencia y esta incluye a muchísimos. Tiene un valor simbólico, sobre todo. Eso es algo que tenemos que reflexionar los mandatarios, que igual nuestros pueblos se cansan de que estemos en tantas cumbres y ellos en tantos abismos.

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