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El voto femenino polariza la recta final de la campaña

Obama centra sus esfuerzos en retener el apoyo del voto de las mujeres

Eva Saiz
Varias simpatizantes de Obama asisten a su mitin en Richmond (Virginia).
Varias simpatizantes de Obama asisten a su mitin en Richmond (Virginia).MANDEL NGAN (AFP)

Sobre el papel, era la economía la que iba a polarizar la carrera hacia la Casa Blanca en Estados Unidos, pero la lucha por afianzar el apoyo del electorado femenino ha cobrado una especial relevancia en la recta final de la campaña electoral. Las declaraciones del martes pasado del candidato republicano al Senado por Indiana, Richard Mourdock, asegurando que los embarazos después de una violación suceden porque “Dios lo quiere” o la desafortunada referencia de Mitt Romney a “los montones de mujeres” durante el segundo debate presidencial, han otorgado a la campaña de Barack Obama nueva munición en su esfuerzo por retener la confianza de las votantes, dándoles ocasión de presentar al Partido Republicano y a su candidato como un peligro para los derechos y la salud reproductiva de las mujeres.

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“El voto femenino es transcendental, sobre todo en los Estados clave”, indica Robyn Shepherd, representante legal de la Unión Americana de Libertades Civiles. “En general, se trata de un electorado tradicionalmente demócrata, pero el nicho de mujeres blancas trabajadoras y sin estudios universitarios cada vez es más grande y esas votantes son más proclives a apoyar las políticas republicanas. En 2008, Obama perdió ese núcleo, primero a favor de Hillary Clinton en las primarias y luego a favor de John McCain”, explica Shepherd.

Las mujeres representan más del 50% del electorado y son más fieles a su cita con las urnas que los hombres. De acuerdo con un estudio del Center for American Women and Politics, el voto femenino fue determinante en la victoria electoral de Obama hace cuatro años, que se decantó por el actual presidente por un margen de 13 puntos respecto de McCain, gracias, sostiene Shepherd, a la movilización de las electoras hispanas y afroamericanas.

Es a ese grupo de votantes indecisas al están apelando ambas campañas. Un estudio reciente de la Universidad Quinnipac evidencia que la principal preocupación de las mujeres se centra en el desempleo o en la política exterior. Entre el equipo del presidente ha crecido la incertidumbre sobre el comportamiento de un electorado cuyo respaldo se daba por descontado hace un mes. La popularidad de Obama entre las mujeres, donde superaba por más de dos dígitos de diferencia a Romney, se ha reducido a un punto en los últimos sondeos, pero el único que le otorga ventaja –el último publicado por The Washington Post y la cadena ABC- le sitúa, sin embargo, 15 puntos por encima.

Entre el equipo del presidente ha crecido la incertidumbre sobre el comportamiento de un electorado cuyo respaldo se daba por descontado hace un mes

En su lucha por apuntalar el apoyo del voto femenino, Obama insiste en presentar los derechos de la mujer como un asunto eminentemente económico, aunque no descuida la vertiente social. “No dejéis que sean los políticos quiénes decidan sobre vuestros derechos”, repite en cada mitin. Su campaña y otras organizaciones demócratas han lanzado anuncios electorales en los que, según datos de Kantar Media/CMAG, la palabra aborto aparece citada en más de 30.000 ocasiones, en muchos casos para evidenciar el cambio de opinión del candidato republicano en esta materia.

El equipo del exgobernador de Massachusetts, por su parte, ha intentado soslayar el asunto, haciendo hincapié en que lo que más interesa a las votantes es la economía. Un estudio de Fundación Kaiser Family indica, sin embargo, que el acceso a la sanidad pública es una prioridad para las mujeres y una encuesta de CNN publicada la semana pasada establecía que para el 39% de las votantes el aborto era el asunto más importante. Una percepción que comparte Connie Mackoy, la presidenta de la Family Research Council Action Pac, una comité de acción republicana que apoya económicamente a republicanos afines al movimiento provida, como Paul Ryan o Rick Santorum. “La condición prioritaria es que nuestros candidatos defiendan el derecho a la vida, más allá de otras propuestas económicas o sociales”, asegura Mackoy.

“Las mujeres que no tienen decantado su voto suelen optar por candidatos moderados en materia social y Romney está modulando el mensaje eminentemente conservador que adoptó durante las primarias republicanas para atraer a las electoras de centroderecha y a las indecisas”, recuerda Debbie Walsh, miembro del Center for American Women and Politics.

Obama insiste en presentar los derechos de la mujer como un asunto eminentemente económico, aunque no descuida la vertiente social

Pese a la caída drástica en las encuestas, Walsh cree que el Partido Demócrata seguirá contando con el apoyo de las electoras. “Esos sondeos se publicaron tras el primer debate en el que no se mencionó la palabra mujer en ningún momento y tras el que Romney mejoró la intención de voto en todos los sectores de población. Desde entonces, la campaña del presidente ha redoblado esfuerzos por diferenciarse política y socialmente de las propuestas del Partido Republicano”, sostiene.

En las últimas semanas, Obama ha puesto especial énfasis en recordar sus logros en materia de derechos de la mujer durante su legislatura –sección de la reforma sanitaria que obliga a subvencionar las pruebas exploratorias de la mujer o el acceso a los métodos anticonceptivos, la ley de equiparación salarial…- y en presentar al candidato republicano como un riesgo para esos beneficios, recordando que ha prometido revocar su ley de salud. “Romney es incapaz de encontrar mujeres cualificadas para su gabinete, yo he colocado a dos mujeres extraordinarias en el Tribunal Supremo”, declaró en un mitin en Virginia tras el segundo debate. El candidato republicano, fiel a su guión, cuando alude al tema de las mujeres lo hace para recordar los más tres millones que viven en situación de pobreza.

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Sobre la firma

Eva Saiz
Redactora jefa en Andalucía. Ha desarrollado su carrera profesional en el diario como responsable de la edición impresa y de contenidos y producción digital. Formó parte de la corresponsalía en Washington y ha estado en las secciones de España y Deportes. Licenciada en Derecho por Universidad Pontificia Comillas ICAI- ICADE y Máster de EL PAÍS.

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