Italia y Francia piden a la UE que reconozca los esfuerzos de los Estados
Hollande y Monti evitan valorar las palabras de Draghi pero llaman a "todos aquellos que puedan intervenir en la eurozona a dar su contribución"
Las semanas decisivas para el euro son ya tan frecuentes como las bodas del año o los partidos del siglo. La reunión de este martes en Roma –la segunda en tres meses-- entre el jefe del Gobierno italiano, Mario Monti, y el presidente de Francia, François Hollande, ha inaugurado otra semana crucial. Como de costumbre, sobre la mesa de Villa Madama han estado la integración fiscal, bancaria e institucional de la eurozona, pero también el intercambio de recetas políticas y económicas para sacar a Francia e Italia de donde la dejaron sus anteriores patrones, Nicolas Sarkozy y Silvio Berlusconi.
Al término de la reunión, ambos coincidieron en señalar la importancia de que la UE recnozca los esfuerzos que realizan los Estados para contener la presión de los mercados. "Hemos constatado que hacer los deberes en casa es necesario, pero no es suficiente, ya que a medida que se realizan progresos en la política económica se necesita un reconocimiento de la UE y de los mercados para que no persistan obstáculos en la prima de riesgo", pidió el presidente italiano.
Monti y Hollande también subrayaron la necesidad de potenciar el crecimiento en Europa, pero, destacó el mandatario italiano, "un crecimiento no basado en la inflación o fundado sobre los desequilibrios".
Aunque desde posiciones políticas distintas y en circunstancias diametralmente opuestas –Monti está a punto de terminar su mandato y Hollande no ha hecho más que empezar-, ambos dirigentes tienen bastantes cosas en común, entre ellas, “la voluntad de romper con los estilos de sus respectivos predecesores”. Así lo subraya el sociólogo francés Marc Lazar en un artículo publicado por La Reppublica: “Monti es un técnico que rechaza la demagogia; Hollande ha hecho una elección política deliberada, la de presentarse como un hombre normal”. Aunque sus decisiones de gobierno responden a sus orígenes innegables –el centro derecha, Monti; el socialismo, Hollande— ambos presidentes, añade Lazar, han conseguido en el objetivo de mover a Alemania de sus rígidas posiciones. Cada uno a su manera, creen en Europa y en un modo serio de hacer política.
Monti y Hollande se han citado acompañados de sus respectivos ministros de Economía y Exteriores, y aunque se esperaba de ambos una valoración del mensaje emitido ayer por Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), que defendió la compra de bonos soberanos de hasta tres años en el mercado secundario, ésta no se produjo. Unas palabras que surtieron su efecto positivo sobre la prima de riesgo italiana, que el lunes cerró por debajo de los 440 puntos básicos. Hollande rechazó hasta en dos ocasiones referirse a la intervención del BCE aunque reiteró que su posición es la misma que sostuvo en el Consejo de junio. "Es una obligación de todos aquellos que pueden intervenir en la eurozona dar su contribución, incluido el BCE, que tomará las decisiones de acuerdo con lo dicho por su presidente, pero no quiero extenderme más", concluyó el presidente.
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