Rusia acusa a Occidente de hacer chantaje con la misión de la ONU
El ministro de Exteriores ruso insiste en una solución diplomática al conflicto en Siria
El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, ha acusado este lunes a Occidente de emplear “elementos de chantaje” al querer condicionar la prolongación de la estancia de los observadores de la ONU en Siria al apoyo de una resolución del Consejo de Seguridad que abriría la puerta a una intervención exterior en aquel país.
En una rueda de prensa, Lavrov calificó tal actitud como “absolutamente contraproducente y peligrosa” y señaló que “emplear a los observadores como moneda de cambio es intolerable”, ya que estos, según dijo, “tienen que dar una valoración objetiva de lo que sucede e investigar los incidentes como los que se han producido en Treimse”. Refiriéndose a esa localidad, Lavrov subrayó que “la oposición ha reconocido que allí habían tenido lugar serios enfrentamientos” y explicó que el 12 de julio unidades del Ejército Libre de Siria atacaron a una patrulla militar cercana a Treimse, tras lo cual tomaron posiciones en el pueblo. Poco después, Treimse fue atacado por las tropas del Gobierno, explicó.
El jefe de la diplomacia rusa se expresaba pocas horas antes de entrevistarse en Moscú con el enviado especial de la ONU y de la Liga Árabe, Kofi Annan, quien este martes se reúne con el presidente ruso, Vladímir Putin. La visita de Annan se produce sobre el telón de fondo de una fuerte escalada de violencia, que afecta también a Damasco. Siria será también uno de los temas que Putin aborde con el jefe del Gobierno turco, Recep Tayyip Erdogan, el próximo miércoles en Moscú.
El presidente Putin se reúne este miércoles en Moscú con Kofi Annan, enviado de la ONU y la Liga Árabe
Lavrov insistió de nuevo en la posición rusa, según la cual Moscú no apoya al régimen de Bachar el Asad, pero quiere que sean los mismos sirios los que lleguen a un acuerdo de cese de las hostilidades y búsqueda de una salida política. Desde su perspectiva, la comunidad internacional debe presionar a las partes para que esto se produzca. El cese de las hostilidades, por otra parte, debe hacerse de forma simultánea y “sincronizada” bajo el control de la ONU. Refiriéndose a la violencia de los enfrentamientos y al creciente número de víctimas, Lavrov calificó de “horrible” la situación en Siria, pero insistió: “Rechazamos cualquier elemento que prepare el camino para una injerencia del exterior en apoyo de la oposición armada. No tomamos partido por nadie en el conflicto sirio. Nuestro único interés es no permitir la desestabilización del Estado y la ulterior desestabilización de toda la región”, dijo.
Lavrov confirmó que no ha habido acercamiento de las posiciones rusas con los grupos de la oposición siria que visitaron Moscú la semana pasada (Foro Democrático de la Oposición Siria y Consejo Nacional Sirio) y explicó que tras la “revolución popular” que pretende llevar a cabo la oposición hay una falta de esfuerzo para acabar con las hostilidades. Lavrov dijo que la oposición ni siquiera ha designado a un portavoz para negociar, tal como se decidió este mes en la conferencia del Grupo de Acción en Siria en Ginebra. “No podemos permitir una resolución del Consejo de Seguridad que no se base en los acuerdos de Ginebra. No nos pasamos [en Ginebra] medio día y medianoche intentando lograr un acuerdo sobre una fórmula concreta para que todo esto se ignore y para volver a la idea con la que los países occidentales llegaron a Ginebra”, señaló.
El Kremlin teme que la caída de El Asad desestabilice no solo Siria, sino también toda la región
El ministro dijo que “no es correcto” culpar a Rusia y China de la situación en Siria, “sin hablar ya de las amenazas de que van a pagar por ello”. “ Considero que esto no solo está en el límite de la diplomacia, sino de la educación”, manifestó. Sobre las exigencias occidentales y de la oposición de que El Asad se marche, Lavrov dijo: “No se marchará, pero no porque le apoyemos, sino porque tiene una importante parte de la población tras de sí”. La posición occidental, que insiste en que sean las tropas gubernamentales quienes se retiren primero, “no es realista y simplemente no funcionará”. Rusia ha presentado un proyecto de resolución del Consejo de Seguridad para que se prolongue durante tres meses la misión de los observadores de la ONU y se daría por satisfecha con una “resolución técnica” de un solo punto que permita prolongar el mandato de los observadores.
Lavrov eludió responder sobre una posible vinculación entre la venta de armas rusas a Siria y la posición de la Cruz Roja Internacional, que considera el enfrentamiento en Siria como una guerra civil. La posición oficial de Moscú es que Rusia no vende armas al régimen de El Asad que puedan ser utilizadas contra la población.
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