El Gobierno italiano adopta medidas para la reconstrucción tras el terremoto

El Gobierno italiano ha adoptado hoy un paquete de medidas para ayudar en la reconstrucción y aliviar a ciudadanos y empresas tras el violento terremoto que sacudió la región de Emilia Romaña, al noreste del país. El Consejo de Ministros, reunido bajo la presidencia de Mario Monti, aprobó también prorrogar los pagos fiscales y de las contribuciones sociales a las zonas afectadas por los seísmos, que golpearon los alrededores de Módena y Ferrara.

El Consejo decidió también aumentar el impuesto sobre el precio de la gasolina en dos céntimos para financiar las intervenciones del Gobierno en la región siniestrada. Los Ayuntamientos afectados se beneficiarán también de aplazamientos en el pacto de estabilidad financiera entre el Estado italiano y las administraciones locales.

La tasa sobre el precio del carburante entrará en vigor desde el jueves y se aplicará hasta finales de año. Este incremento deberá aportar unos 500 millones de euros, según los medios de comunicación italianos.

El tejido económico de la zona damnificada, corazón de la industria biomédica italiana y cuna de productos mundialmente conocidos como el queso parmesano y el vinagre balsámico, ha resultado especialmente afectado. Los daños en el sector agroalimentario pueden elevarse a 500 millones de euros, según la organización profesional Coldiretti.

Por ello, el Consejo de Ministros aprobó también medidas para la recuperación económica, sobre todo para facilitar la concesión de créditos a intereses más bajos que los del mercado.

Otras medidas son la declaración de una jornada de duelo nacional, que se celebrará el próximo 4 de junio y durante la cual las banderas italianas y europeas ondearán a media asta en todos los edificios públicos. Se guardará también un minuto de silencio en todas las escuelas.

En total, 17 personas murieron como consecuencia del seísmo de la mañana del martes. El 20 de mayo, un temblor en la misma región había causado seis muertos, lo que eleva el balance de víctimas mortales a 23. Además, 14.000 personas han quedado privadas de techo en la región, tanto por daños físicos en sus viviendas como por miedo a regresar a ellas.