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El último testamento de Pinochet solo consignaba el cambio de albacea

Los defensores del Estado chileno buscan ahora conocer el verdadero testamento que el exdictador confeccionó en 2000

Rocío Montes

El último testamento de Augusto Pinochet, redactado en 2005, no contenía ni los nombres de sus herederos ni de las propiedades y bienes que el dictador chileno dejó tras su fallecimiento en diciembre de 2006. El documento de media carilla, que se abrió esta mañana en el Tercer Juzgado Civil de Santiago, sin la presencia ni de la viuda ni de los hijos del fallecido militar, solamente consignaba el cambio de albacea.

El Consejo de Defensa del Estado (CDE) había pedido la diligencia a la justicia. En el marco del Caso Riggs, que investiga el enriquecimiento del militar y las cuentas bancarias secretas que abrió en el extranjero usando seudónimos, el organismo pretende establecer el patrimonio de la familia Pinochet y devolverlo al Fisco. Tras la apertura del documento, guardado en un sobre con cinco timbres de lacre, los abogados del Estado chileno insistirán en conocer el testamento original que el dictador elaboró en 2000, que no se ha abierto y se encuentra guardado en el Banco de Chile.

La acción judicial fue presenciada por los tres testigos que Pinochet citó a su casa del barrio de La Dehesa: Jorge Aguilera y Carmen Carmona, amigos de la familia, y el general Enrique Gillmore. Según consigna el periódico vespertino La Segunda, los tres juraron que el documento era el mismo decretado por Augusto Pinochet ante el notario Eduardo Avello. La apertura se prolongó por media hora y fue presenciada por los abogados del CDE Álvaro Quintanilla, Rosario Merino y Rodrigo Reyes. “Pediremos a la brevedad la apertura del otro testamento”, ha indicado Quintanilla.

El jurista ha confirmado además que insistirán en preguntar a los herederos: “Tenemos la facultad y el deber de defender los intereses del Estado, por lo que vamos a seguir con las acciones civiles de restitución, indemnizatorias, tributarias y de otra naturaleza en contra de los continuadores del deudor”.

Peritos de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile calcularon en 2010 que la fortuna de Pinochet ascendía a 21 millones de dólares, y que 17 millones no se encuentran justificados ni se conoce su origen. La familia del dictador había determinado no abrir el testamento, ya que todos los los bienes se encuentran embargados.

La hija del dictador, Lucía Pinochet Hiriart, concejal del municipio de Vitacura, calificó la operación como “parte una persecución política que comenzó en el gobierno de (Ricardo) Lagos y se ha mantenido hasta ahora, porque nadie es tan valiente como para cortar el asunto”. La abogada Carmen Hertz, denunciante del caso Riggs dijo que, pese a la apertura del testamento, se mantendrá la incógnita sobre el real enriquecimiento ilícito del dictador, ya que solamente se verán los coches y propiedades. “En definitiva, eso quedó en la impunidad y en el desconocimiento para la sociedad chilena”, manifestó este martes.

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Sobre la firma

Rocío Montes
Es jefa de información de EL PAÍS en Chile. Empezó a trabajar en 2011 como corresponsal en Santiago. Especializada en información política, es coautora del libro 'La historia oculta de la década socialista', sobre los gobiernos de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet. La Academia Chilena de la Lengua la ha premiado por su buen uso del castellano.

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