La crisis griega mina la coalición de Merkel
La jefa del Gobierno alemán recibe un nuevo revés político: 15 diputados democristianos y 5 de sus aliados liberales votan contra el nuevo rescate a Grecia
La victoria ha sido amplia en términos absolutos: Angela Merkel ha obtenido 496 votos favorables para aprobar el nuevo paquete de ayudas a Grecia. Pero solo 304 de ellos provienen de su coalición de centro-derecha; el resto es de la oposición. Merkel se ha quedado este lunes a siete votos de la simbólica mayoría absoluta en el Parlamento federal (Bundestag). No llegar a la llamada mayoría del canciller ha sido irrelevante a efectos prácticos, pero ha delatado los crecientes problemas políticos de Angela Merkel para poner orden en las filas de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y su partido hermano bávaro Unión Social Cristiana (CSU).
Un total de 15 diputados democristianos (CDU / CSU) y 5 liberales (FDP) han desertado de Merkel en la polémica ayuda griega. Otros seis han faltado a la votación. En total, la coalición que preside Merkel suma 330 diputados. Poniendo el parche antes de la herida, el portavoz de Merkel, Steffen Seibert, ha dicho por la mañana que contaba “con una mayoría simple” de su propia bancada. Todavía está por determinar cuál es la aportación alemana a los 130.000 millones de euros en ayudas europeas que preservarán a Grecia de una bancarrota inmediata.
Merkel ha defendido las ayudas en una declaración de Gobierno de 20 minutos ante el pleno del Bundestag. Ha calificado de “impredecibles” las consecuencias de un hipotético abandono griego de la moneda única. La canciller ha recurrido al mantra europeísta que ha repetido durante los dos años que llevamos de crisis: “Europa fracasará si el euro fracasa”. No obstante, también ha admitido que “el éxito de este nuevo paquete de ayudas no está garantizado al 100%”. Merkel ha insistido en la “amenaza impredecible” que una quiebra desordenada de Grecia y la consiguiente fractura del euro supondrían “para Alemania, para Europa y para el mundo”. La canciller ha dicho entender a los que consideran que Grecia podría ser “un pozo sin fondo” para el contribuyente. También ha reconocido que las negociaciones para aplicar una quita a los acreedores privados es “terreno virgen” para la Unión Europea. Pero Grecia “podá volver a la senda del crecimiento” si logra “recobrar la competitividad”.
Según ha defendido ante los parlamentarios alemanes, “las oportunidades que abre el paquete de ayuda a Grecia pesan más que los riesgos que plantea”. Con esto, Merkel ha contradicho sin mencionarlo a su ministro de Interior Hans-Peter Friedrich (CSU). El socialcristiano bávaro declaró este fin de semana que “los griegos se recuperarían mejor fuera del euro” que como miembros de la Eurozona. Para animar a Atenas a abandonar el euro sin que haga falta expulsarla, el bávaro propuso “crear alicientes que no podrá rechazar”. La extemporánea declaración del conservador Friedrich pilló a contrapié tanto a Merkel como a la CSU. Mientras el ministro se salía por la tangente pidiendo que Grecia salga del euro, la dirección de la CSU votaba a favor de la moción gubernamental de participar en el rescate. Friedrich ha demostrado este lunes que su sentido de la coherencia es parecido a su sentido de la lealtad: votó sí en el Bundestag a las ayudas griegas.
Ulrike Guérot, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, ha dicho detectar “una oleada de críticas conservadoras” a la participación de Alemania en nuevas ayudas internacionales. Friedrich es la voz más prominente que se ha sumado a este escepticismo conservador. Sabe que no está solo. Diversas informaciones han apuntado recientemente que Merkel tuvo que imponerse en privado a su propio ministro de Hacienda, Wolfgang Schäuble, (CDU) para sacar adelante el nuevo paquete de millones para Grecia. Schäuble informó a los diputados alemanes de que esta no sería la última vez que votarán sobre Grecia, que necesitará todavía más dinero para evitar la bancarrota. La resistencia conservadora contra las nuevas ayudas a Grecia han encontrado, además, un aliado habitual en la portada del sensacionalista diario Bild, que ha abierto este lunes con un enorme Stop blanco sobre fondo negro. El diario conservador editado por Springer pedía la detención de las ayudas económicas a Grecia. Bild, la cabecera más comprada y leída de Alemania, lanzó hace dos años una campaña de desprestigio de Grecia que contribuyó al escepticismo de muchos alemanes respecto a las ayudas europeas.
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