Uruguay ve a Mercosur en su peor momento

Uruguay no es sólo carnes, turismo y fútbol. Tiene sus productos textiles. Los exporta a Argentina, pero este vecino les aplica licencias no automáticas y eso demora las ventas más de los 60 días permitidos por la Organización Mundial de Comercio (OMC), según los industriales uruguayos. El Paisito, como lo apodan sus propios habitantes, también encuentra dificultades para venderle a Argentina alimentos, piezas para coches, cerámicas y artículos de impresión, pese a que Mercosur establece el libre comercio.

Los textiles uruguayos, en especial las sábanas y frazadas, tampoco encuentran mercado en Brasil. No porque los consumidores brasileños no los quieran sino porque el Gobierno de Dilma Rousseff le ha aplicado medidas antidumping. Brasil duda de los certificados de normas de origen de Uruguay, que son los que establecen que la mayor parte del valor añadido de los productos se ha hecho en su territorio, más allá de los componentes importados. En agosto pasado, Brasil frenó el ingreso de coches uruguayos, pero el Gobierno de José Mujica logró finalmente un acuerdo con el de Rousseff.

Toda esta serie de restricciones al libre comercio han llevado a que el vicepresidente de Uruguay, Danilo Astori, declarara el pasado lunes que Mercosur “quizás esté en su peor momento”. Justo en tiempos en que sus integrantes apuestan por la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) o la nueva Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (CELAC), alianzas más políticas que de otra índole. "La carencia de coordinación en políticas económicas nos lleva a que haya países como Argentina que elijan permanentemente instrumentos que dificultan los accesos (a los mercados)", dijo al periódico Últimas Noticias el vicepresidente de Uruguay, que dentro del izquierdista Frente Amplio siempre se ha manifestado más liberal que Mujica y ha abogado por que Mercosur permita que su país negocie un tratado de libre comercio con EE UU. Astori se quejó en menor medida de Brasil e insistió en que los dos socios grandes del bloque permitan que los dos pequeños, incluido Paraguay, puedan establecer acuerdos con otros bloques sin necesidad de romper la unión aduanera. China y la Unión Europea dicen que están interesados en firmar tratados de libre comercio en Latinoamérica.

Uruguay tiene la presidencia pro témpore de Mercosur en este segundo semestre del año y acogerá el 20 de diciembre la cumbre de presidentes en Montevideo. Su Gobierno pedirá a Brasil y Argentina que les aseguren un cupo a los productos uruguayos que en la actualidad están afectados por barreras no arancelarias, según el periódico El País de Montevideo. La oposición uruguaya advirtió que esta propuesta implica una aceptación de un retroceso en el libre comercio de Mercosur.

Brasil y Argentina además propondrán que cada país de la unión aduanera pueda elevar por su cuenta y durante un plazo determinado el arancel a la importación de un producto si, ante una eventual recesión mundial, su sector productivo se ve afectado por la llegada de bienes que no se puedan colocar en otros mercados. La propuesta es del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, pero recibió la semana pasada el apoyo de Brasil en una reunión de las dos presidentas en Caracas. El Gobierno uruguayo teme que si los dos socios grandes de Mercosur elevan aranceles, los importadores de fuera del bloque intenten ingresar productos por los dos pequeños y entonces los bienes de Uruguay queden bajo sospecha de si son realmente hechos allí o fruto de un sencillo ensamblaje.

Uruguay también recibe críticas de sus socios mayores. Una lista de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) lo sitúa bajo sospecha de ser un paraíso fiscal. Mujica ha dicho que está dispuesto a firmar un acuerdo de intercambio de información tributaria con Brasil y Argentina si a cambio se asegura el ingreso de productos uruguayos a esos mercados.

En Paraguay se escuchan también reproches a Mercosur, a 20 años de su nacimiento, porque no ha cambiado la situación económica del país, porque Brasil acaba de reforzar los controles militares en su frontera para combatir el contrabando o porque Argentina no le permite por ahora el transporte de electricidad por su territorio para exportar a Uruguay.

Pese a las quejas, Mercosur sigue siendo importante para el comercio de los socios pequeños, sobre todo en bienes industriales. El crecimiento de las exportaciones paraguayas en el periodo 2003-2008 (antes de la crisis mundial) se explica en un 34,9% por las ventas al resto del bloque, un 30% al resto de Latinoamérica y un 16% a Rusia (carnes, sobre todo), según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que se ciñe a los valores constantes de los productos, con lo que no tiene en cuenta la fuerte apreciación de los precios de las materias primas agrícolas, que en parte van a Asia. La mejora exportadora uruguaya se explica por Mercosur (27,5%), el resto de Latinoamérica (16,5%) y la Unión Europea (10,4%). Mujica reconoce los problemas, pero se consuela: “Mercosur anda mal, pero la UE anda peor”.