La dificultad de abrir negocios en México

¿Qué se puede comentar sobre un país en el que siete de cada 10 adultos consideran que es difícil poder cumplir con los requisitos que exige el Gobierno para poder abrir un negocio? ¿Resulta lógico que, dadas las condiciones financieras actuales, la proporción de mexicanos que consideran que es difícil conseguir dinero para abrir un negocio sea prácticamente la misma que la de aquellos que dicen que es difícil cumplir con los requisitos que pide el Gobierno?

¿Cómo se le explica a un alemán, por ejemplo, que en México el 52% piensa que es difícil conseguir clientes para un negocio nuevo, mientras que al 70%, 18 puntos porcentuales más, lo que les preocupa es cómo cumplir con la retahíla de requisitos que las autoridades se encargan de pedir para poder siquiera poner en marcha una empresa?

Nada justifica que las empresas mexicanas aparezcan entre las que destacan como las que más utilizan sobornos cuando trabajan en el extranjero, según el estudio realizado recientemente por la ONG Transparencia Internacional, pero hay que entender que en México es prácticamente imposible producir u ofrecer servicios sin que alguna autoridad se presente con algún obstáculo en forma de trámite para impedirlo, activando de esa forma mecanismos que muchas veces llevan a caminos diferentes a los legales para solucionar el atolladero burocrático.

Hace ya dos años, como parte de las acciones para enfrentar la crisis económica, el Gobierno mexicano lanzó el programa “Empresa” el cual se suponía que reduciría en un 50% el costo de los trámites para las empresas mercantiles, y según aseguró el propio presidente de la república, Felipe Calderón, reduciría de 34 días a dos horas el proceso para abrir una empresa.

No deben ser muy notables los avances del programa de simplificación administrativa cuando el 66% de los mexicanos mayores de 30 años opina que desde que Calderón es presidente los trámites para abrir negocios siguen igual o se han complicado aún más y, por consiguiente, hay un 72% que asegura que la corrupción implícita en esos trámites sigue igual o peor que antes.

Insisto: nada justifica que las empresas mexicanas vayan por el mundo sobornando para crecer, pero en cierto sentido se entiende porque seguramente fue solo así que consiguieron siquiera empezar sus actividades en nuestro país. Necesitamos reactivar la economía. Por favor basta de ponerle trabas a los que quieren producir.

María de las Heras es directora de la encuestadora Demotecnia