La ONU insta a Libia a mantener sus arsenales fuera del alcance de Al Qaeda
La organización expresa su preocupación por la proliferación de lanzamisiles tierra-aire
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha instado al Gobierno de transición libio, en una resolución aprobada la pasada noche, a que siga el rastro del arsenal de armas en paradero desconocido para evitar que llegue a manos de la red Al Qaeda u otras organizaciones. El texto, aprobado por los 15 miembros del órgano de la ONU a instancias de Rusia, expresa su "preocupación por la proliferación desde Libia a la región de todas las armas, de todos los tipos, en especial las llamadas MANPADS", y urge a Trípoli a que trate de frenarla.
Se conoce como MANPADS a los sistemas antiáreos (lanzamisiles tierra-aire) portátiles cuyo tamaño reducido posibilita que puedan ser cargados por un solo individuo y accionados sobre el hombro. Este tipo de armas son muy populares entre las organizaciones armadas que se nutren del comercio ilegal de armas y son capaces de derribar aeroplanos o helicópteros.
"Subrayamos el riesgo de desestabilización que supone la proliferación de armas ligeras y de pequeño calibre en el Sahel", dice la resolución aprobada. El texto llama igualmente a mejorar la cooperación entre todos los países de la región para evitar que esas armas faciliten "las actividades terroristas, incluidas las de (la organización) Al Qaeda en el Magreb Islámico" (AQMI).
AQMI ha hecho de la zona del Sahel su principal foco de actividad, especialmente en Mauritania, Argelia, Chad y Mali, por lo que la comunidad internacional espera que las nuevas autoridadeslibias refuercen sus fronteras para evitar que más armas caigan en sus manos.
10.000 armas sin rastro
El rotativo Der Spiegel informó recientemente que el almirante de la OTAN Giampaolo Di Paola había informado en una conversación con parlamentarios alemanes que unos 10.000 de estos lanzamisiles, antes en manos de las fuerzas gadafistas, habían desaparecido.
La resolución de la ONU solicita de igual modo al Gobierno libio a que coopere con la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas y destruya las que los combatientes rebeldes hallaron recientemente. La decisión de Naciones Unidas llega unas horas después de que el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, firmase desde Trípoli el punto final a siete meses de operaciones.
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