Detenidos 2.900 inmigrantes en una de las mayores redadas de la historia de EE UU
Más de 1.900 agentes de 24 oficinas trabajaron en coordinación con autoridades estatales y locales en 50 estados
Casi 3.000 inmigrantes han sido detenidos en la última semana, según informaron las autoridades de Estados Unidos en la que se considera una de las mayores redadas de su historia. La operación Cross Check fue desarrollada en todo el territorio y tenía como objetivo la detención de inmigrantes indocumentados con antecedentes criminales.
“Los resultados de esta operación resaltan el compromiso de este Gobierno para detener y deportar inmigrantes con antecedentes penales”, dijo John Morton, director de la Agencia de Inmigración (ICE, por sus siglas en inglés). Este cambio en la política de inmigración fue una de las modificaciones introducidas por la Administración Obama, junto con el aumento de la inversión, tanto económica como de recursos, en la frontera con México.
Según la Agencia de Inmigración, más de 1.900 agentes de 24 oficinas trabajaron en coordinación con autoridades estatales y locales en 50 estados. De todos los detenidos, 1.282 habían sido condenados por actividades criminales y más de 1.600 están acusados de asesinato en primer o segundo grado, secuestro, robo o tráfico de drogas. Otros 151 tienen antecedentes por abusos sexuales y 42 pertenecían a bandas.
Las redadas en búsqueda de inmigrantes indocumentados han sido habituales en los últimos años y se centran especialmente en personas con antecedentes y empleados sin permiso de trabajo. Pueden llegar a tener un impacto importante en las comunidades locales. Una auditoría de la cadena de restaurantes de comida mexicana Chipotle obligó a despedir a cientos de trabajadores en 50 establecimientos del Estado de Minnesota y despertó sospechas de irregularidades en otros Estados.
No todos los detenidos durante la última redada serán deportados. Unos 150 quedan a disposición judicial con diferentes cargos, incluida la entrada ilegal en el país después de haber sido deportados, un delito que conlleva una pena de hasta 20 años de prisión. ICE no ha revelado los nombres de las personas detenidas, pero sí ofreció una lista reducida. Entre ellos se encuentran Virgilio López-Ruiz, ciudadano de 54 años de República Dominicana y residente de Nueva York, donde fue condenado por intento de asesinato en segundo grado en el año 1988; y José Gallardo, mexicano de 51 años y residente en California, donde fue condenado por el secuestro de un menor en 1996.
Más de 1.900 agentes de 24 oficinas trabajaron en coordinación con autoridades estatales y locales en 50 estados
Morton sugirió en un comunicado del pasado mes de junio que ICE debía tener como prioridad la deportación de criminales, miembros de bandas armadas y narcotraficantes, así como aquellas personas que hayan violado las leyes de inmigración en repetidas ocasiones. Estados Unidos reconoce como delito entrar ilegalmente en el país después de haber sido deportado o no abandonar el territorio una vez emitida la orden de deportación.
Obama mostró su apoyo a esta iniciativa porque evita la deportación de inmigrantes indocumentados que no suponen una amenaza para la seguridad pública ni nacional. Y lo confirmó dos meses después. El pasado 18 de agosto la Casa Blanca anunciaba que cancelaba los procesos de deportación de 300.000 inmigrantes indocumentados sin antecedentes penales. En algunos casos, los afectados optarán incluso a un permiso de trabajo.
El anuncio llegó tras semanas de protestas y manifestaciones -una de ellas, frente a la Casa Blanca, acabó con la detención del congresista Luis Guitiérrez-, por el aumento de las deportaciones. Desde 2009, Obama ha expulsado del país a casi 400.000 personas al año. Ya ha superado el millón, aunque reconoce que sería imposible depesde 2009, Obama ha expulsado del país a casi 400.000 personas al añoortar a los más de 11 millones de inmigrantes que residen en el país sin permiso.
Desde 2009, Obama ha expulsado del país a casi 400.000 personas al año
Para defender su política, la Casa Blanca reveló este verano que más de la mitad de personas deportadas en los últimos dos años tienen antecedentes criminales, mientras que hace dos años eran el 30%. El Gobierno de Obama se ha apoyado en programas como el llamado Comunidades Seguras, que será aplicado en todo el país a partir de 2013 y que permite a la policía local compartir datos de personas detenidas con las agencias de inmigración, algo que ha disparado el número de deportaciones.
Sin embargo, muchas de las personas expulsadas tienen familiares estadounidenses, por lo que diversas organizaciones de todo el país han mostrado su oposición a esta política de deportaciones. A partir de ahora, y a pesar de la redada de la última semana, las autoridades no abrirán procesos de deportación a aquellas personas indocumentadas sin antecedentes.
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