Yoshihiko Noda se perfila como el nuevo primer ministro de Japón
El ministro de Finanzas se impone en la elección interna del partido gobernante para sustituir a Naoto Kan
Yoshihiko Noda, ministro de Finanzas, de 54 años, ha sido elegido presidente del gobernante Partido Democrático de Japón (PDJ), lo que le coloca en la antesala para ser refrendado hoy como primer ministro por el Parlamento. Sucede a Naoto Kan, quien dimitió el viernes pasado del liderazgo en el PDJ tras 14 meses en el cargo, hundido en las encuestas de popularidad por su gestión de la crisis desencadenada por el terremoto y el tsunami del pasado 11 de marzo y la fuga radiactiva en la central de Fukushima 1.
Noda, que se ha impuesto a otros cuatro contendientes al ganar en la segunda vuelta al ministro de Comercio, Banri Kaieda, por 215 votos frente a 177, será el sexto jefe de Gobierno que tiene el país asiático en cinco años; una medalla de la que seguramente no esté satisfecho. La inestabilidad política y la continua rotación de primeros ministros es una de las razones que llevó la semana pasada a la agencia de calificación de riesgo Moody's a rebajar la nota crediticia de Japón.
Tras imponerse en la votación, Noda ha asegurado que los tres desafíos más urgentes a los que se enfrenta el país son recuperarse del tsunami, poner fin a la crisis atómica y luchar contra los efectos que la fortaleza del yen y la presión deflacionaria están teniendo sobre la tercera economía del mundo. "Sudemos juntos por el bien del pueblo. Este es mi deseo más sincero", ha dicho.
Falta va a hacer. Noda será el tercer primer ministro de su formación política desde que el PDJ llegó al poder en 2009 con una promesa de cambio. En vez de ello, el partido se ha visto sacudido por escándalos y luchas internas, que se han vuelto a poner de manifiesto durante el proceso de designación del sucesor de Kan. En lugar de un debate serio y profundo sobre cómo sacar a Japón de décadas de estancamiento, la votación se convirtió en una batalla entre aliados y críticos de Ichiro Ozawa, de 69 años, uno de los barones del partido, que, con alrededor de 130 parlamentarios, lidera una de la principal facción del PDJ a pesar de que está acusado de haber ocultado donaciones políticas. Ozawa apoyaba a Kaieda.
El nuevo primer ministro no solo tendrá que atajar la amenaza que supone un yen por las nubes para las exportaciones japonesas, sino que deberá reducir la enorme deuda pública, diseñar una nueva política energética y unir a un partido y un Parlamento divididos.
La designación de Noda es considerada una apuesta conservadora, pero los analistas dudan de que el futuro jefe de Gobierno tenga el suficiente apoyo para mantenerse mucho más tiempo en el puesto que sus predecesores y abordar la larga lista de problemas que le esperan. Una de las claves será cómo intenta poner fin a la crisis atómica de Fukushima 1, de la que continúa fugándose radiactividad, y reconstruir la devastada costa del noreste, donde decenas de miles de personas evacuadas continúan viviendo fuera de sus casas.
La elección de Noda podría causar algunas fricciones con China, ya que recientemente ha dicho que algunos altos militares japoneses condenados como "criminales de guerra" por un tribunal de las fuerzas aliadas tras la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial no pueden ser considerados tales según las leyes de Japón. También ha afirmado que las fuertes inversiones que está realizando Pekín en Defensa, entre otros en su armada, suponen una amenaza para los países de la zona, y ha insistido en la importancia de la alianza en seguridad entre Tokio y Washington.
Noda -un hombre considerado poco carismático- es ministro de Finanzas desde junio de 2010, puesto en el que ha tenido que pelear contra los problemas presupuestarios y la fortaleza del yen. Era el mayor defensor entre los candidatos a la jefatura del Gobierno de la necesidad de subir los impuestos para reducir el déficit público, aunque bajó el tono al respecto antes de la elección. No se prevé que acometa a corto plazo un cambio de política fiscal, que en cualquier caso precisaría la aprobación del Parlamento.
El primer ministro entrante ha mostrado una posición mixta sobre el futuro nuclear de Japón. Mientras por un lado ha asegurado que no deben construirse más reactores, con el objetivo de abandonar este tipo de energía en 40 años; por otro, ha dicho que las centrales atómicas que han sido detenidas para realizar pruebas de seguridad deben volver a ser puestas en marcha para evitar problemas de suministro eléctrico.
A diferencia de muchos parlamentarios japoneses, Yoshihiko Noda no procede de una familia de élite. Es hijo de un militar paracaidista, está casado y tiene dos hijos. Comenzó a perfeccionar sus dotes políticas en un instituto para posgraduados diseñado para formar a una nueva generación de líderes progresistas.
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