Moody's degrada la nota de Japón por la baja perspectiva de crecimiento y la elevada deuda
El Gobierno gastará 100.000 millones para contrarrestar la apreciación del yen
La agencia de calificación Moody's rebajó ayer de Aa2 a Aa3 la nota crediticia de Japón, que se queda con un notable bajo y perspectiva estable. Es la cuarta nota más alta de la escala de agencia, que sigue exactamente los mismos pasos que dio en enero Standard & Poor's. Como es habitual, horas después rebajó en la misma medida la calificación de los principales bancos del país.
Moody's había puesto bajo revisión la calificación de Japón el 31 de mayo, ante el complicado panorama que se le presentaba al país asiático tras la catástrofe (terremoto, tsunami y posterior desastre nuclear en Fukushima) del 11 de marzo. Este es el principal motivo para la degradación crediticia que cita la agencia, aunque no el único.
Hacía nueve años que no tocaban la nota japonesa ni Moody's ni S&P, a pesar de que el país ha pasado por la crisis financiera internacional con una caída del PIB del 8,65% entre 2008 y 2009, y la deuda pública más elevada del mundo, que equivale al 210% de su PIB según los datos más recientes. Pero el desastre de marzo "ha retrasado la recuperación de la última recesión y ha agravado las condiciones deflacionistas", según el análisis de Moody's. La deflación es otro de los grandes problemas del país, con precios que han estado cayendo durante dos años, hasta que en abril de 2011 volvieron a repuntar ligeramente.
La agencia considera que los frecuentes cambios de Gobierno en el último lustro han impedido implementar una "estrategia fiscal efectiva a largo plazo". "El déficit permanecerá aproximadamente en el 7% del PIB hasta 2015 según la estimación oficial, bastante por encima del crecimiento del PIB", lo que hará "inexorable" el aumento del ratio de deuda pública.
Lo bueno para Japón es que paga poco por financiarse. El ministro de Finanzas, Yoshihiko Noda, dijo que pese a la rebaja de la nota, la confianza en la economía japonesa "sigue intacta", aludiendo al fuerte volumen de compra de bonos soberanos. Ese es, justamente, el motivo que esgrime también Moody's para mantener en perspectiva estable la nueva calificación nipona. "La preferencia de los inversores japoneses por los títulos del Gobierno no ha disminuido", subraya, lo que permite a Japón financiarse pagando "los intereses más bajos del mundo". Sus bonos a 10 años ofrecen en el mercado secundario poco más de un 1% de rentabilidad.
El titular de finanzas anunció también la creación de un fondo de 100.000 millones de dólares (69.300 millones de euros) provenientes de sus reservas en moneda extranjera para hacer frente al último problema que se le ha presentado a la economía japonesa: la revalorización del yen frente al dólar, que perjudica notablemente a las exportaciones. El fondo servirá para apoyar la exportación de pequeñas y medianas empresas, así como para estimular la inversión de las compañías japonesas fuera del país, aprovechando de esta manera la fortaleza del yen.
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