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Fidel Castro y Jimmy Carter se reúnen como "dos viejos amigos"

Castro aplaude el "gesto valiente" de Carter por su visita a Cuba.- El expresidente estadounidense aprovechó su viaje de tres días a la isla para condenar el embargo

Los dos son expresidentes, los dos han rebasado hace tiempo la venerable barrera de los 80 años y los dos se consideran "amigos", pese a las diferencias que enfrentan a sus dos países desde hace medio siglo. Fidel Castro y Jimmy Carter se reunieron el miércoles en la residencia habanera del primero durante la visita que realizó el segundo a Cuba para entrevistarse con Raúl Castro y tender puentes entre ambas naciones, un asunto que obligatoriamente pasa por conseguir la excarcelación del contratista norteamericano Alan Gross, condenado recientemente en la isla a 15 años por subversión. Las semillas para la solución del caso parecen sembradas. Aunque nadie sabe el momento exacto en que fructificarán.

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El ex mandatario cubano escribió el jueves en el diario comunista Granma elogios de Carter: consideró que fue el único presidente de Estados Unidos (1977-1981) que tuvo "suficiente serenidad y valor para abordar el tema de las relaciones de su país con Cuba" y opinó que "hizo lo que pudo para reducir las tensiones internacionales y promover la creación de las oficinas de intereses de Cuba y Estados Unidos". Según Fidel Castro, la administración Carter "fue la única que dio algunos pasos para atenuar el criminal bloqueo impuesto" a la isla, pese a que en aquel momento las "circunstancias no eran ciertamente propicias". "La Revolución apreció siempre su gesto valiente", aseguró Castro, que en agosto cumplirá 85 años.

Carter, por su parte, calificó su encuentro con Fidel Castro como el de dos "viejos amigos". La prensa cubana ha dado una amplia cobertura a su vista, publicando incluso sus palabras sobre el encuentro con un grupo de disidentes. El ex mandatario norteamericano, de 86 años, ofreció una conferencia de prensa antes de regresar a EE UU y dijo que había escuchado con interés a todos sus interlocutores, entre los que se incluyeron el cardenal Jaime Ortega, un grupo de embajadores europeos y latinoamericanos, representantes de la oposición y el movimiento de derechos humanos, y por supuesto el canciller cubano, Bruno Rodríguez y otros funcionarios, además de reunirse en varias ocasiones con Raúl Castro, que le explico los planes de reforma económica en Cuba.

Carter se entrevisto también con las esposas y familiares de cinco agentes cubanos condenados en EEUU por espionaje, para quienes pidió una medida de gracia, otra semilla más, y expresó en voz alta sus críticas al embargo norteamericano. De igual modo dio un espaldarazo a la oposición y proclamó la inocencia de Alan Gross, a quién visitó en la cárcel; sobre el punto clave de su liberación quiso ser muy discreto, aunque aseguró que al regresar a Washington rendiría un informe al presidente Barack Obama en el que trataría "asuntos confidenciales" abordados con Raúl Castro. Lo que está en juego, al parecer, no es sólo el mejoramiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Es mucho más.

Jimmy Carter (izqda.) conversa con Fidel Castro en La Habana
Jimmy Carter (izqda.) conversa con Fidel Castro en La HabanaREUTERS

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