"Queremos hechos, no palabras"
Los sindicatos reclaman al presidente chileno una ley que permita paralizar explotaciones inseguras
Los 33 mineros de San José salieron del pozo con una exigencia muy clara: "Que esto no vuelva a suceder". Al día siguiente, el presidente de Chile, Sebastián Piñera, prometió que reformará la legislación laboral en las próximas semanas. Pero Javier Castillo, tesorero del sindicato de la Mina San José y director nacional de la Confederación Minera de Chile, pide algo más que un bonito discurso: "De la palabra de un presidente no debería dudarse. Son palabras de buena crianza. Pero nosotros queremos hechos. Y lo primero que debería hacer el presidente es aprobar el convenio 176 de la Organización Internacional de los Trabajadores (OIT) sobre seguridad en las minas. Ese convenio nos otorga el derecho a compartir la información de la mina, a participar en decisiones y, sobre todo, a paralizar las explotaciones inseguras. En Chile se ve el tema de la paralización como una restricción al mercado. Y ese es el gran problema".
Piñera ha sabido centralizar dentro y fuera de su país el éxito del rescate. Y el ministro de Minería, Laurence Golborne, se ha convertido en el más popular del Gabinete. Pero el dirigente sindical Javier Castillo recuerda que este Gobierno tuvo sobre su mesa todos los informes sobre la sangre derramada en la mina desde 1987.
A finales de 2006 el yacimiento contaba con tres muertes en su historial. Los sindicatos consiguieron su cierre, pero sólo por cinco meses, desde enero de enero de 2007 hasta mayo de 2008 cuando el Gobierno de Michelle Bachelet autorizó su reapertura.
Los accidentes siguieron registrándose. Y el Gobierno de Piñera [quien asumió su mandato el pasado marzo] no hizo nada por remediarlo, según Castillo. "El 30 de junio nos presentamos en el Parlamento ante la comisión de de Trabajo. El primero de julio lo hicimos ante el ministro de Minería. Dos días después, el sábado 3 de julio, el compañero Ginés Cortés perdió su pierna en esa mina. Y el 5 de julio volvimos al ministerio de Minería. No nos atendió ni el ministro ni su jefa de Gabinete. Entonces conversamos con la secretaria del jefe de Gabinete, le contamos la historia de la mina y le informamos del último accidente". Y el 5 de agosto se produjo el derrumbe. "Ahora, el presidente ha dicho que esto va a cambiar. Pero no ha dicho cómo".
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