Ante el pelotón: desde Mata Hari a Julián Grimau
El fusilamiento está asociado al Ejército y a los tiempos de guerra. Hay algunos célebres, como el de Mata Hari en 1917, la espía más célebre de la historia. Esta forma de pena capital es tan antigua como las armas de fuego. Resulta más barata que otros sistemas, como la inyección letal, y es, según los expertos, menos dolorosa para el reo si se aplica correctamente. Al estar asociada a los militares tiene un aura de honorabilidad. Por eso Sadam Husein solicitó ser fusilado. Consideraba que era el método más adecuado a su condición de presidente de Irak, a la que nunca renunció. Sus enemigos no le concedieron el privilegio y fue ejecutado por ahorcamiento el 30 de diciembre de 2006.
Un pelotón de fusilamiento está compuesto por cinco o más miembros. Por lo general son voluntarios. Uno de los ejecutores no tiene bala de fuego sino una de fogueo. La decisión es al azar. Así se consigue que ninguno tenga la seguridad de haber causado la muerte al condenado, una rendija psicológica para manejar mejor la culpa.
En Estados Unidos se han producido tres ejecuciones por fusilamiento desde que el Tribunal Supremo reintrodujo la pena de muerte en 1976, todas en el Estado de Utah: Gary Gilmore (1977) John Albert Taylor (1996) y Ronnie Lee Gardner (2010). Los tres eran blancos. Utah era el único Estado de los 35 que aplican la pena capital en EEUU que permitía hasta 2004 al reo escoger el tipo de ejecución. El Legislativo del Estado modificó ese año la ley y desde entonces se aplica la inyección letal. Gardner pudo mantener el privilegio porque su condena era anterior al cambio. Hay otros cuatro presos que podrían seguir su ejemplo al reunir las mismas condiciones legales. Oklahoma ofrece la posibilidad del fusilamiento solo en el caso de que la inyección letal o la silla eléctrica fuesen declaradas inconstitucionales.
La única nota de modernidad en la ejecución de Gardner fue el modo de dar la noticia. El fiscal general del Estado, Mark Shurtleff comunicó vía Twitter que había dado la orden de disparar.
En la España franquista fueron fusiladas seis personas después de que se pusieran fin a las ejecuciones por este método en 1945, limitándolas a la jurisdicción castrense y la decisión última del dictador: Julián Grimau (1963) y los cinco ejecutados en septiembre de 1975: Ángel Otaegui, Juan Paredes Manot (ambos de ETA), José Humberto Baena, José Ramón García Sanz y José Luis Sánchez Brazo (del FRAP).
Sesenta y nueve países mantienen en su legislación la posibilidad de una pena capital por fusilamiento, pero en la mayoría reservado a militares. Uno de los países que emplea este sistema con civiles es China. Los últimos datos disponibles datan de 2007, cuando se produjeron 30 fusilamientos, la mitad de ellos en Afganistán.
El país con mayor número de ejecuciones, según Amnistía Internacional , independientemente del método es China: más de mil. Le siguen Irán (más de 388), Irak (120), Arabia Saudí (69) y Estados Unidos (52).
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