Un hongo destruye un tercio de los cultivos de amapola en Afganistán
Una plaga que ha acabado con un tercio de las cosechas puede complicar la estrategia de la OTAN
Un hongo está destruyendo el opio afgano. En un país donde buena parte de la economía rural proviene de este producto, una plaga ha acabado ya con un tercio de las cosechas de amapolas, de las que se extrae la droga, según el director de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODD, en inglés), Antonio María Costa . Parte de la población ha empezado a culpar a las fuerzas de la OTAN, que pueden perder el favor de los civiles en la lucha contra los talibanes, especialmente tras la escalada en el número de muertes de civiles en sucesivas ofensivas militares.
La mitad de los cultivos en provincias como Helmand y Kandahar están afectados y la producción puede reducirse hasta un 25% en 2010, según declaraciones de Costa recogidas por la BBC. Se trata de un duro golpe para los agricultores locales. Sólo en Helmand se cosecha el 50% del opio afgano, que supone un 92% de la producción mundial.
La escasez, además, ha disparado los precios. Su valor, según Costa, ha aumentado en torno a un 50%, lo que puede beneficiar la financiación de los insurgentes, que poseen las mayores reservas de opio, lo que ha convertido el narcotráfico en una de sus principales fuentes de ingresos.
Por esta razón, las fuerzas occidentales han intentado acabar con los cultivos, especialmente en Helmand y Kandahar, regiones de mayoría pastún, la etnia de los talibanes. Ahora se han visto en la obligación de desmentir cualquier implicación. La UNODC, por su parte, apunta a causas naturales: "Las plantas de opio se han visto afectadas en Afganistán de forma periódica", ha dicho Costa, para quien la situación brinda una oportunidad para romper los vínculos de la población civil con los terratenientes a través de ayudas. "La naturaleza realmente ha jugado a favor de la economía del opio; este año, veremos la situación contraria".
En el último lustro la producción de opio se ha concentrado de manera importante. Hace cinco años, los cultivos se extendían por 34 provincias afganas. Hoy, sólo se mantienen en cinco o seis, según Costa, pero la producción casi se ha duplicado hasta los 56 kilos por hectárea en 2009.
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