La Haya pospone el juicio de Bemba, ex vicepresidente congoleño, hasta julio
La Defensa del Antiguo cabecilla del Movimiento de Liberación de Congo presentará pruebas de que el juicio tendría que ser en África.- Bemba está acusado de crímenes de guerra
Para la justicia internacional contemporánea, la violación es un crimen de guerra. A ese cargo, así como al de crímenes contra la humanidad, se enfrentaba hoy Jean Pierre Bemba, ex vicepresidente de la República Democrática de Congo en 2003 y 2006. Antiguo jefe del rebelde Movimiento de Liberación de Congo, sus milicias habrían asesinado y violado en grupo a mujeres de todas las edades en la República Centroafricana entre 2002 y 2003. La causa se pospone hasta el 5 de julio para que la defensa pueda presentar sus pruebas de que no tendrá un juicio justo fuera de África. "Podemos demostrar de manera irrefutable que en este caso hay interferencias políticas como lo demuestra el envío de Bemba a la Corte Penal", dice el abogado defensor, Nkwebe Liriss.
Según las organizaciones humanitarias, hubo incluso episodios de canibalismo, cargo que Bemba niega. Las incursiones en el país vecino se efectuaron a instancias de su entonces presidente, Ange-Félix Patassé, que pidió ayuda a Bemba para atajar un conato de golpe de Estado. Francois Bozizé, sucesor de Patassé al frente de la República Centroafricana, remitió el caso de Bemba a la CPI.
Los representantes de las víctimas de la República Centroafricana sostienen que no hay demandas posibles a estas alturas del caso. También han pedido que se aceleren los trámites. "Este juicio no puede celebrarse en África porque los testigos temen por su vida, y la de sus allegados. Tampoco cuenta Bangui, capital centroafricana, con la infraestructura judicial necesaria para ello", ha dicho la fiscalía.
Arrestado en mayo pasado en Bélgica, donde residen su esposa e hijos, Bemba, de 47 años, es una de las figuras más coloristas y privilegiadas de su país. Hijo de un rico empresario, estudió en Bruselas y Kinshasa, la capital de Congo. Admira al presidente italiano Silvio Berlusconi, y también al controvertido inversor galo Bernard Tapie. En 2003 consiguió la vicepresidencia de su tierra después de abandonar el Movimiento de Liberación de Congo. En poco tiempo, reunió suficiente apoyo para competir en 2006 por la presidencia. Su oponente fue Joseph Kabila, hijo del antiguo jefe del Estado, Laurent Kabila. Bemba perdió, y dijo que los resultados habían estado amañados. Exiliado en Portugal, viajó luego a Bruselas a ver a su familia pensando que estaba seguro. Era la tierra de su infancia y juventud, pero la policía aplicó la orden internacional de arresto emitida por la Corte Penal. Acabó siendo enviado a La Haya, sede de la CPI.
Del tamaño de Europa Occidental, la República Democrática de Congo es un país rico en diamantes, oro, cobre, cobalto y zinc. Es también uno de los principales proveedores de coltán, el mineral usado en la telefonía móvil. Como en el resto de África, sus fronteras son "porosas" y de ahí que, en 1994, el genocidio hutu perpetrado en Ruanda contra la etnia rival, tutsis, arrastrara a Congo en la espiral de violencia.
Más de dos millones de hutus cruzaron la frontera y se aliaron al entonces presidente congoleño Mobutu. Cuando empezaron a atacar a la población tutsi que residía en el país, Uganda apoyó a las milicias tutsis hasta derrocar a Mobutu. Laurent Kabila fue nombrado presidente y el país cambió su nombre: de Zaire pasó a llamarse República Democrática de Congo. Kabila no logró consolidarse y pidió ayuda a Zimbabue, Namibia y Angola. Durante cinco años (hasta la declaración de paz 2003) todos pelearon en suelo congoleño causando cinco millones de muertos. Desde hace una década, tropas congoleñas, respaldadas por "cascos azules" de la ONU, tratan de contener la violencia de las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda.
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