EE UU y Rusia progresan en las negociaciones de desarme estratégico
Clinton pide a Moscú que demore la puesta en marcha de una central nuclear en Irán
Los responsables de la política exterior de EE UU y Rusia han sido optimistas sobre la posibilidad de firmar en breve el acuerdo para sustituir el Tratado de Armas Estratégicas (START), documento básico del fin de la Guerra Fría, que expiró el 5 de diciembre de 2009.
Tras reunirse en Moscú, la secretaria de Estado, Hilary Clinton, y su colega ruso, Serguéi Lavrov, dieron esperanzas, pero se abstuvieron de dar fechas para la firma del documento que se negocia en Ginebra.
Los presidentes Barack Obama y Dmitri Medvédev confiaban en un pronto acuerdo, pero las negociaciones se demoraron por temas de contabilidad y verificación así como por diferencias de enfoque sobre su vinculación o no con los planes norteamericanos para un sistema de defensa antimisiles global.
En vísperas de la llegada de Clinton a Moscú, Borís Grizlov, el jefe del grupo parlamentario de Rusia Unida en la Duma Estatal (con mayoría absoluta) manifestó que la cámara no ratificará el acuerdo a no ser que éste establezca una vinculación con los planes estadounidenses para un escudo nuclear. Washington no acepta este planteamiento.
Clinton ha opinado que los negociadores habían hecho un "progreso sustancial" y ha manifestado que el resultado de las últimas rondas le hacía pensar que "pronto llegaremos a un acuerdo final". La ala funcionaria ha afirmado que el lugar y momento de la firma no están decididos y que no había hablado de fechas con Lavrov. "No queremos apresurarnos en esto. Primero nuestros negociadores deben firmar el acuerdo, anunciar que han acabado las negociaciones. Espero que pronto nos harán llegar esta información y luego ya pasaremos a la cuestión del lugar y el momento de esta importante firma". "No hay que contar los pollos antes de que acaben de ser incubados", ha exclamado Clinton, recurriendo a un proverbio y sin responder a una pregunta sobre la oferta del presidente de Ucrania, Víctor Yanukóvich, para que Kiev sea el escenario de la firma.
"Estamos satisfechos de cómo los negociadores cumplen las instrucciones de los dos presidentes, que controlan personalmente este proceso, y existe todo el fundamento para suponer que hemos llegado a la zona final del tramo de meta", ha dicho a su vez Lavrov. EE UU había esperado poder firmar el acuerdo antes de que Obama fuera a Oslo a recoger el Nobel de la Paz el 10 de diciembre, pero no fue posible porque, según Nezavísimaia Gazeta, el jefe del gobierno Vladímir Putin insistió entonces en que los norteamericanos debían hacer concesiones.
Según el citado periódico, los especialistas rusos quieren garantías de Washington por temor a que, tras la ratificación del nuevo tratado, EE UU retome sus planes para instalar elementos de un escudo antimisiles en Europa. Para Rusia, la presencia de elementos de un sistema antimisiles global cerca de sus fronteras es un factor para decidir el número de misiles que mantendrá en estado de alerta.
El escenario más barajado para la firma es la conferencia internacional sobre el acuerdo de no proliferación (TNP), que se celebra en Washington el 12 de abril. Obama y Medvédev difícilmente pueden exhortar a otros Estados a no embarcarse en la carrera de la proliferación si ellos mismos no son capaces de recortes de sus arsenales.
Clinton y Lavrov mantienen sus diferencias sobre Irán. La norteamericana ha insistido a Rusia a retrasar la puesta en marcha de la central nuclear de Busher hasta que Teherán demuestre que no trata de obtener armas atómicas. Irán, ha dicho, tiene derecho a la energía atómica civil, pero sería "prematuro" continuar con cualquier proyecto nuclear antes de que Teherán pruebe la naturaleza pacífica de su programa. Antes, en Rostov, Putin había dicho que Irán pondrá en marcha su primer reactor nuclear este verano y la empresa rusa Atomstroieksport manifestó que esperaba poner en funcionamiento el reactor de Busher en julio. Atomstroieksport es la responsable de ese reactor que la alemana Siemens comenzó en los años setenta y abandonó tras la revolución iraní.
El lanzamiento de Busher se ha anunciado (y demorado) varias veces. Lavrov ha dicho que la central se encuentra bajo control del Organismo Internacional de Energía Atómica y que el proyecto tiene un papel especial "en asegurar el mantenimiento del OIEA en Irán" y "el cumplimiento" por parte de aquel país de sus obligaciones de acuerdo con el TNP. Sobre las posibles sanciones a Irán, el jefe de la diplomacia rusa ha dicho que estas deben ir dirigidas solo a evitar que Teherán viole el régimen de no proliferación. La vía diplomática, según él, no está agotada.
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