El miedo a la violencia recorre Puerto Príncipe
Los equipos de rescate ya han rastreado el 60% de las zonas afectadas.- La ayuda llega pero lenta.- Estados Unidos envía a más de 11.000 militares para participar en las tareas de rescate y asistencia
Cada día que pasa la destrucción y el caos provocados por el terremoto del pasado martes en Haití en vez de disminuir, se incrementa. Mientras los cuerpos de rescate buscan afanosamente cualquier aliento de vida que pueda quedar bajo toneladas de escombros en Puerto Príncipe, los supervivientes y heridos claman porque la copiosa ayuda internacional llegue finalmente a sus manos.
Son cientos de miles los haitianos que están hambrientos, ya que el reparto de alimentos es insuficiente. Con crudeza, la televisión transmite las imágenes de un helicóptero que se acerca a una de las zonas y lanza los fardos a decenas de personas que, desesperadas por agua y comida, se lanzan contra el aparato esperando recibir algo. La ayuda llega, pero lentamente. Si bien se reconoce la generosa respuesta de la comunidad internacional a la peor tragedia que sacude a Latinoamérica en las últimas décadas, comienzan a surgir las críticas de que la escasa si no ausente coordinación de toda la ayuda es lo que está incrementando la sensación de impotencia de los supervivientes.
"Ésta es una de las peores crisis humanitarias en décadas. El daño, la destrucción, la pérdida de vidas son simplemente sobrecogedores", ha dicho el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, antes de partir a Haití a donde ha llegado horas después.
Naciones Unidas está alimentando a 40.000 personas por día y espera incrementar esa cifra a un millón en dos semanas, ha dicho Ban. "El desafío en este momento es cómo coordinar toda esta asistencia".
Violencia
El presidente haitiano René Préval ha dicho que los 3.500 militares estadounidenses que están comenzando a llegar a la ciudad ayudarán a la misión de paz de la ONU y a la policía local a garantizar la seguridad en la capital. "Tenemos 2.000 policías en Puerto Príncipe, quienes están seriamente afectados. Y 3.000 bandidos se escaparon de la cárcel (durante el terremoto). Esto les da una idea de cuán mal está la situación", ha dicho Préval a los periodistas.
Al menos dos personas que saqueaban han sido tiroteadas por la policía, mientras que otros supervivientes han tomado la justicia en sus manos y ha linchado a un hombre acusado de robar.
La impotencia lleva a la rabia y la rabia a la violencia. Las fuerzas de seguridad haitianas ya han advertido de que violentas bandas armadas con machetes han vuelto a aparecer y reagruparse en la barriada de Cité Soleil. Los daños materiales causados por seísmo también han facilitado la fuga de 3.000 prisioneros, muchos de ellos miembros de estos grupos, que llevan todos estos días destruyendo los archivos criminales en los que se encuentran sus antecedenes.
La pacificación de Cité Soleil había sido uno de los pocos logros indiscutibles del presidente René Préval, desde su asunción del cargo en el 2006, hasta que el terremoto devastó a Puerto Príncipe. Si la violencia explota a gran escala, sumada al caos y los saqueos que han crecido hora a hora en Puerto Príncipe desde el temblor, el restabecimiento de la ley y el orden en la capital haitiana podría suponer un durísimo desafío para las debilitadas fuerzas de seguridad. De los 3.000 presos que escaparon el martes, muchos eran violentos criminales con un pasado ligado a Cité Soleil, una barriada junto al mar que ha sido considerada un potente símbolo del país más pobre de América.
Asistencias a las víctimas
La principal preocupación en todo el país sigue siendo la asistencia a las víctimas y el rescate de posibles supervivientes. El 60% de las zonas afectadas por el terremoto del martes, tanto en Puerto Príncipe como en las localidades vecinas, han sido ya rastreadas por los equipos de rescate, que han conseguido sacar con vida de entre los escombros a 70 personas. "Es un número récord de personas halladas con vida después de un terremoto", ha declarado Elizabeth Byrs, portavoz de la oficina humanitaria de la ONU, OCHA, quien ha agregado que "nuestros expertos en el terreno aún no han perdido la esperanza de hallar más supervivientes".
De hecho, este domingo han sido rescatadas con vida a tres personas de los restos de un supermercado ubicado en la planta baja de un edificio de cinco pisos.
Por su parte, la Marina de Estados Unidos se está movilizando para prestar asistencia a los afectados por un periodo de tiempo prolongado habida cuenta del grado de devastación existente en el país caribeño, según ha informado este sábado el jefe de Operaciones Navales estadounidense, el almirante Gary Roughead.
El grueso del despliegue humanitario de Estados Unidos empezó a llegar a Haití el viernes. Arribó el portaaviones de propulsión nuclear USS Carl Vinson, desde el que se empezaron a realizar operaciones de rescate con helicópteros y otras actividades destinadas a auxiliar a la población. Cerca de 5.000 efectivos de todas las ramas de las Fuerzas Armadas participan en las labores de búsqueda y rescate de supervivientes en Haití, y desde buques de la Guardia Costera de Estados Unidos. Se espera la llegada de otros 6.300 efectivos a lo largo del fin de semana.
Conferencia internacional
La Unión Europea (UE) propondrá hoy la celebración de una conferencia internacional para dar respuesta coordinada a la catástrofe humanitaria de Haití y preparar la reconstrucción del país. Según ha explicado la portavoz de la presidencia española de la UE, Cristina Gallach, los Veintisiete también concretarán, en una reunión ministerial extraordinaria, el apoyo financiero que están dispuestos a ofrecer y su estrategia de coordinación común para los trabajos de urgencia y las tareas de reconstrucción.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ya había anunciado el pasado viernes su voluntad de convocar una conferencia internacional de donantes para la reconstrucción del país caribeño. Tras la reunión de este lunes en Bruselas, el comisario europeo de Desarrollo y Ayuda Humanitaria, el belga Karel De Gucht, viajará al país caribeño para trabajar sobre el terreno.
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