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Brasil derrota a la crisis

La economía brasileña deja la recesión atrás con 242.126 puestos de trabajo en agosto, el mejor resultado en 17 años

Ni el optimismo proverbial del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, fue capaz de prever una recuperación tan rápida de Brasil después de la crisis financiera mundial que desde noviembre de 2008 a enero de 2009 había acabado en este país con un millón de puestos de trabajo. Sólo en el mes de agosto se crearon 242.126 nuevos empleos. Se trata del mejor resultado de los últimos 17 años, según datos del Catastro General de Empleados y Desempleados (Caged), un organismo del Ministerio del Trabajo.

Entre enero y agosto, aún en plena recesión mundial, Brasil ha creado 680.034 puestos de trabajo fijo. Según el Gobierno, este año, en el que los analistas consideran que el país suramericano ha salido de la crisis y ha empezado a crecer un 1,9% del PIB en el último trimestre, se crearán más de un millón y medio de nuevos empleos fijos. De está forma, Brasil pone fin a la recesión técnica en la que había caído entre el último trimestre de 2008 y el primer trimestre de 2009.

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Incluso el sector industrial, el que más había sufrido la crisis y el que más empleos había perdido, ha comenzado a crecer con 66.564 empleos nuevos. Sólo le ha superado el sector servicios con un crecimiento de 85.568 puestos de trabajo, el mayor resultado desde 1992 y el mejor del año. También la industria textil, automovilística y de alimentación han creado 66.564 empleos formales, el mejor resultado del año. Sólo el sector de la alimentación ha sido responsable de la creación de 22.614 empleos.

Un dato destacable ha sido el despegue de sectores como el comercio, con 58.813 empleos, y la construcción civil con 39.957, ambos resultados récord.

Ante este nuevo panorama, Lula ha afirmado con total satisfacción: "Mientras el mundo entero sufre desempleo, Brasil va a llegar al final de año con la creación de más de un millón de nuevos puestos de trabajo fijo". Entre estos nuevos empleos, se encuentran los del sector inmobiliario ya que el objetivo de Lula es la construcción de un millón de casas populares en 2010, último año de su mandato presidencial.

Según el Banco de Brasil, que ha vuelto a abrir la línea de crédito para empresas y privados, el país ha salido definitivamente de la recesión y está de nuevo creciendo. Se calcula que en 2010 el crecimiento del PIB podría llegar a un 5%.

La recuperación del empleo y la apertura del crédito no son los únicos índices que demuestran que el país ha vuelto a la normalidad económica sino el conjunto de factores económicos y financieros. La Bolsa de São Paulo cotiza en unos niveles altísimos. El pasado miércoles subió con fuerza y su principal índice alcanzó un máximo anual llegando a los 60.000 puntos y ya apunta a que pueda llegar a los 75.000 puntos. El volumen de transaciones de la bolsa fue de 7.091 millones de reales, 2.000 millones más por encima de la media antes de la crisis. A su vez, el real nunca se ha revalorizado tanto frente al dólar a 1,8 reales. Cuando Lula llegó al poder en 2002 subió a 4 reales. Hoy por hoy, lo que sí preocupa al Gobierno es la alta revalorización del real que podría perjudicar a las exportaciones, por lo que se están estudiando nuevos incentivos, a través del BNDS para anticipa líneas de créditos antes de las ventas.

El ministro de Trabajo, Carlos Lupi, destacó que las razones fundamentales que explican lo que definió como "el éxito que Brasil está teniendo en momentos de crisis", se debe a que "es de los poco países del mundo que tiene un saldo fuerte de dólare en caja, que consiguió bajar las de interés y motivar el mercado interno con la recuperación salarial".

Todo ello ha llevado incluso a los más críticos a reconocer que Brasil ha conseguido el milagro de salir no sólo indemne de la crisis, sino que ha vuelto a crecer antes de lo esperado.

Hay quien se pregunta a qué se ha debido este milagro que ha devuelto la confianza de los capitales extranjeros a invertir en el país. "A que habíamos hecho bien los deberes", suelen decir las autoridades económicas del Gobierno de Lula. Para otros, como la senadora y ecologista Marina Silva, según afirmó en una reciente entrevista, es que esos deberes en economía, al igual que los avances en la estabilidad democrática, se llevan haciendo con éxito en los últimos 16 años. Es decir, desde el primer Gobierno del socialdemócrata, Fernando Henrique Cardoso, que devolvió la estabilidad monetaria al país y acabó con la inflación que devoraba el salario de los pobres. Por eso, cuando Lula llegó al poder lo primero que hizo como señal clara de continuidad con una política monetaria bien hecha fue colocar al frente del Banco Central a Henrique Meirelles, un hombre del equipo de Cardoso que aún sigue al frente del mismo.

Un trabajador en las obras de un edificio en Brasilia.
Un trabajador en las obras de un edificio en Brasilia.AFP

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