Un ex ministro boliviano cumple condena por genocidio
Arce Gómez, de 71 años, se enfrenta a 30 años tras las rejas de un penal de alta seguridad a 4.000 metros de altura
El ex ministro del Interior boliviano Luis Arce Gómez ya cumple condena de 30 años de prisión por cometer delitos de lesa humanidad y genocidio durante la dictadura de Luis García de Meza, entre 1980 y 1981. A sus 71 años se despidió ayer de una cárcel de Florida (EE UU), en la que estaba recluido desde 1989 por tráfico de drogas, para recalar en otra de máxima seguridad en Chonchocoro (Bolivia).
Arce Gómez, con aspecto muy demacrado, barba larga y la cabeza cubierta con un gorro de lana, descendió del avión con dificultades ayudado por agentes bolivianos que le trasladaron en silla de ruedas a una sala médica del aeropuerto desde donde fue trasladado a la prisión de Chonchocoro, situada a 35 kilómetros de La Paz. Allí se reencontrará con el ex presidente García Meza, quien cumple una pena de 30 años sin derecho a indulto por los crímenes de la dictadura que encabezó.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, destacó ayer la actuación de la justicia de Estados Unidos por haber rechazado una petición de asilo político de Arce y ordenar su deportación a Bolivia. El mandatario calificó el día de "histórico" para los derechos humanos de Latinoamérica.
'Ministro de la cocaína' Arce fue el hombre fuerte de García Meza. Durante los 13 meses que duró la dictadura, el régimen asesinó a 97 personas y hoy todavía se busca a 27 desaparecidas, según sostuvo ayer el ministro del Interior, Alfredo Rada. Una de las frases lapidarias más recordadas de Arce fue la que lanzó en televisión: "Quien resista al régimen militar debe andar con el testamento bajo el brazo". Al ex titular de la cartera de Interior se le conoce en Bolivia como "el ministro de la cocaína" por su negocio de exportación de droga.
El Gobierno de Morales anunció ayer que pedirá a Arce que, por razones "humanitarias", revele el lugar donde se hallan los restos de los desaparecidos durante la dictadura.
En enero de 1981, una banda paramilitar también asesinó a ocho dirigentes del Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR), en lo que se ha conocido como la masacre de la calle Harrington. Cuatro meses antes del golpe, en marzo de 1980, el grupo de militares secuestró, torturó y asesinó al jesuita español Luis Espinal Camps, vinculado a sectores de izquierda.
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