"Brasil volverá a crecer entre un 3,5% y un 4% en 2010"
Luciano Coutinho es, desde la sombra, uno de los máximos responsables del futuro económico de Brasil. A sus 62 años, ejerce la presidencia del Banco de Fomento brasileño (BNDES) y es considerado una persona fiel y próxima al presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Poco proclive a situarse en la primera línea de fuego, en el inicio del primer mandato de Lula rechazó la oferta de dirigir el Ministerio de Planificación, si bien acabó asesorando durante algunos meses al maltrecho ex ministro de Economía Antonio Palocci.
Como presidente del BNDES, la mejor dotada entidad de crédito en Suramérica, tiene la misión prioritaria de garantizar que la inversión en infraestructura y energía no decaiga en Brasil en un momento en que las previsiones de crecimiento para 2009 son poco alentadoras. "Son inversiones saludables, sostenibles y que tienen un efecto mitigador del impacto de la crisis internacional", explica a EL PAÍS durante una entrevista concedida en el marco del Foro Económico Mundial para América Latina, celebrado la semana pasada en Río de Janeiro.
Pregunta. ¿En la actual coyuntura de crisis financiera internacional, cuales son las prioridades de la institución que preside?
Respuesta. El BNDES tiene como misión principal apoyar las inversiones. Somos los grandes financiadores de inversiones en Brasil, especialmente de inversiones a largo plazo. Con la crisis bancaria mundial, la crisis del mercado de capitales y la retracción del crédito bancario, la demanda ante el BNDES ha aumentado y la decisión política del Gobierno ha sido de suplirnos de suficiente capacidad para ejercer un papel anticíclico en lo que se refiere al crédito, de tal manera que en los últimos meses del año pasado ya aumentamos fuertemente nuestras concesiones de crédito y lo continuaremos haciendo durante este año. Hemos recibido recursos adicionales por valor de 50.000 millones de dólares para complementar nuestro presupuesto, de manera que este año el BNDES ejecutará un presupuesto de gran escala, apoyando de manera firme las inversiones en infraestructura, los problemas de inversión de Petrobras y las inversiones del sector privado que se muestren viables. De esta manera, el BNDES ejerce un papel relevante en el crecimiento de la economía brasileña.
P. Como usted comenta, una decisión política del presidente Lula ha sido inyectar recientemente un gran volumen de capital en el BNDES. En tiempos de crisis, ¿no cree que es arriesgado optar por más gasto en inversión, mientras en otros países se contiene el gasto?
R. No, al contrario. Creo que es inteligente apoyar el gasto en inversión. Este gasto es la forma más eficaz de combatir la recesión económica, de crear empleo y de crear nuevas oportunidades, particularmente cuando este gasto está concentrado en infraestructura, que tiene un impacto positivo en la eficacia económica del conjunto del sistema productivo. Todo el mundo sabe que Brasil tiene fuertes carencias de inversión en logística, ferrocarriles, puertos... Tenemos grandes necesidades de invertir en energía, especialmente en petróleo y gas a largo plazo, cuya explotación podrá abrir una perspectiva de gran rentabilidad para el país. Por lo tanto, son inversiones saludables, sostenibles y que tienen un efecto mitigador del impacto de la crisis internacional. Además, este gasto es efectuado principalmente por el sector privado a través del crédito público. Por lo tanto, son gastos en inversión que tienen un retorno garantizado. No veo inconvenientes, sino virtudes en las políticas que están siendo desarrolladas por el Gobierno.
P. ¿Qué prioriza más el BNDES actualmente, la inversión en proyectos de empresas brasileñas dentro o fuera de Brasil?
R. El BNDES tiene hoy, gracias a la decisión política, muy lúcida, del presidente Lula, la capacidad financiera para realizar esas dos tareas: apoyar firmemente la inversión en infraestructura, nuevas industrias e innovación tecnológica en Brasil y, al mismo tiempo y sin sacrificar esas prioridades, financiar los proyectos de integración económica en Suramérica, principalmente los proyectos de energía, logística e infraestructura social en varios países de la región. El BNDES, junto al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y junto a la Corporación Andina de Fomento (CAF), juega un papel relevante a la hora de contrarrestar la retracción violenta del crédito privado en Latinoamérica. Este papel es esencial, ya que si nosotros no lo ejercemos en este momento nadie lo hará en nuestro lugar y América Latina pagaría un precio muy amargo e injusto por una crisis que fue producida por la irresponsabilidad y la desregulación exagerada practicada en las economías desarrolladas.
P. Desde su punto de vista, ¿cuáles son actualmente los puntos fuertes y débiles de la economía brasileña?
R. Afortunadamente, la economía brasileña tiene más puntos fuertes que débiles. El principal obstáculo sigue siendo la dificultad para restablecer el crédito a las pequeñas empresas por parte de los bancos privados. El sistema bancario brasileño es un sistema bancario extremadamente saludable: no hemos tenido burbuja inmobiliaria y nuestro sistema bancario está muy capitalizado. Sin embargo, se ha puesto un poco selectivo y cauteloso en los últimos meses y todavía no ha recuperado totalmente la oferta de crédito. En segundo lugar, la economía brasileña va a sufrir con la caída del comercio internacional derivada de la recesión en las economías desarrolladas. Entre los puntos fuertes le puedo citar: un sistema bancario saludable, una inflación controlada, una política macroeconómica solida, un sistema empresarial sólido que hasta ahora sufrió poco con la crisis y un mercado interno con un gran potencial de crecimiento, apoyado por las aspiraciones de las masas de aumentar sus niveles de consumo. Brasil tiene un gran nivel de inversión en petróleo y gas, de gran retorno, y en infraestructuras que traerá más eficiencia a nuestra economía. Además, tenemos un agronegocio extremadamente competitivo y otras commodities, como los minerales. En resumen, todo esto hará que Brasil supere este periodo inicial de crisis y que en 2010 retomemos un crecimiento de entre un 3,5% y un 4%, como mínimo.
P. El BNDES es la principal entidad crediticia de Suramérica, incluso por delante del BID. ¿Qué opina de iniciativas como el Banco del Sur?
R. El BNDES ha sido uno de los principales soportes técnicos para el desarrollo de las reglas del Banco del Sur. Es una iniciativa que tiene pleno apoyo del Gobierno brasileño y hemos colaborado activamente para su puesta en marcha y para que sea una entidad más para soportar la inversión en Suramérica. La necesidad de inversión en la región es tan significativa que la única presencia del BID, del Banco Mundial, de la CAF y el BNDES no es suficiente. Hay lugar para el Banco del Sur.
P. Sobre el contencioso con Ecuador, ¿Cómo está la situación? ¿Cree que se ha sentado un precedente peligroso en la región con el intento de Quito de no devolver el dinero prestado por el BNDES?
R. No. Ecuador ha honrado todo los trámites previstos en el convenio de crédito firmado. Por lo demás, está en curso un proceso de arbitraje sobre el que no me voy a pronunciar.
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