EE UU se dispone a permitir los viajes a Cuba
El Senado estudia la medida antes de que Obama cumpla 100 días en el poder
Que Cuba sea el único país del mundo sobre el que Estados Unidos pone restricciones para viajar puede tener los días contados si prospera, y todo apunta que así será, la propuesta de ley bipartidista introducida ayer en el Senado estadounidense para acabar con todas y cada una de las actuales restricciones para viajar a Cuba. La histórica iniciativa contó con el apoyo de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, la Federación Agrícola, y grupos como Human Rights Watch. Ha pasado poco más de un año desde que Raúl Castro asumió el poder en Cuba y menos de 100 días desde que Barack Obama jurase su cargo y en Washington ya se viven tiempos de cambio hacia la isla.
Los senadores Byron Dorgan (demócrata de Dakota del Norte) y Michael Enzi (republicano de Wyoming) unieron ayer sus fuerzas para eliminar totalmente las restricciones de viaje a Cuba de todos los ciudadanos estadounidenses, sean cubano-americanos o sencillamente estadounidenses. En su opinión, un mayor número de visitantes facilitaría el desarrollo de la democracia y el avance de los derechos humanos en la isla y sería beneficioso para la agricultura y los grupos empresariales de EE UU. "Nuestra política hacia Cuba debe cambiar", dijo el senador Enzi al presentar la llamada Ley para la Libertad de Viajar a Cuba.
El proyecto de ley cuenta, además, con el respaldo del senador demócrata Christopher Dodd y del republicano Richard Lugar, quienes consideran que el embargo unilateral de Estados Unidos ha sido un fracaso. "Después de 47 años queda claro que el embargo unilateral hacia Cuba ha fracasado en su objetivo de conseguir 'llevar la democracia al pueblo cubano', más bien todo lo contrario, ha sido usado por las autoridades cubanas como un pretexto para exigir más sacrificios a su pueblo", declaró Lugar. Entre la veintena de otros influyentes senadores que han anunciado ya su apoyo a la propuesta figuran los demócratas Max Baucus (Montana), Jack Reed (Rhode Island), Michael Bennet (Colorado) y Dianne Feinstein y Barbara Boxer (California), así como los republicanos Johnny Barrasco (Wyoming), y el independiente Benard Sanders (Vermont).
"Permitimos que los americanos viajen a la China comunista y que viajen al Vietnam comunista, y lo hacemos porque creemos que la conjunción de viajes y comercio es el mejor camino para promover la democracia y conseguir que esos países se abran", declaró ayer el senador Dorgan. "Pero sin embargo, nuestra política hacia Cuba penaliza a los americanos al prohibirles su derecho a viajar", apuntó Dorgan, para resaltar a continuación que "esta política no ha debilitado en absoluto el régimen de Castro".
Poner fin a los límites
Partidarios de poner fin a los límites para viajar a la isla los ha habido en el pasado pero, siempre se quedaban cortos de votos en el Congreso o carecían de un presidente que apoyara la propuesta, como sucedió hace dos años, cuando George W. Bush amenazó con vetar una medida similar a la ayer presentada. "A mí me parece que cuando una medida ha fracasado durante casi cinco décadas se debe echar una nueva mirada y cambiarla", insistió Dorgan. "Ha llegado el momento de cambiar una política tan dañina", finalizó el senador.
Los partidarios de la medida buscan tender puentes con Cuba, a poco más de 140 kilómetros de las costas de Florida, y comenzar a flexibilizar el embargo impuesto por Estados Unidos en 1962, después de que Washington rompiera relaciones con La Habana tras la llegada al poder de Fidel Castro. Se espera que el propio presidente Barack Obama anuncie un suavizamiento de las restricciones para viajar a Cuba antes de la Cumbre de las Américas que tendrá lugar entre el 17 y 19 de este mes en Trinidad y Tobago. De momento, la Administración demócrata ya ha comenzado a suavizar los límites para viajar a Cuba al aprobar una partida de 410.000 millones de dólares dentro de la ley de presupuestos ómnibus que revoca restricciones impuestas por Bush y permite un mayor envío de remesas a las familias cubanas.
La propuesta del Senado ha estado impulsada por organizaciones cívicas y lobbistas, que en las pasadas semanas se han volcado en la recogida de firmas a favor de la libertad de viajar sin restricciones a la isla. Se estima que unos 130.000 estadounidenses viajan cada año ilegalmente a Cuba a través de terceros países. En la actualidad, salvo algunas excepciones para periodistas, funcionarios del Gobierno y los cubanoamericanos una vez al año, según la ley presupuestaria de 2009, los estadounidenses que desean viajar a Cuba necesitan un permiso previo de la Oficina para el Control de Bienes Extranjeros del Departamento del Tesoro.
Pero no todos desean que las restricciones para viajar a Cuba se acaben. La medida ha vuelto a crear fuertes divisiones en el Congreso respecto a la política exterior de Estados Unidos hacia el régimen de La Habana. Líderes republicanos de origen cubano, entre ellos el senador demócrata por Nueva Jersey, Bob Menéndez, consideran que no se puede premiar al régimen castrista con este tipo de gestos. "El Gobierno cubano es simple y llanamente una dictadura brutal", dijo Menéndez.
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