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Un topo en la Embajada de EE UU

Washington investiga la supuesta infiltración de un espía del cartel de la droga de los Beltrán Leyva en su misión diplomática de la capital mexicana

El Gobierno de Estados Unidos investiga una supuesta infiltración de los carteles de la droga en su Embajada de Ciudad de México. Al parecer, un topo del narcotráfico logró colarse en la misión diplomática a través de la bolsa de trabajo que la legación mantiene en Internet, desde donde tejió una red de espionaje para facilitar información al cartel de los hermanos Alfredo y Arturo Beltrán Leyva. Atrapado por la justicia estadounidense, el infiltrado, conocido como Felipe, se transformó en testigo protegido y denunció una conspiración criminal dentro de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) de México.

Felipe, un ex agente federal mexicano, logró infiltrarse en el Servicio de Marshals de Estados Unidos, la unidad policial más antigua del Departamento de Justicia, que se encarga de investigar crímenes, trasladar prisioneros, buscar fugitivos y brindar seguridad a los testigos protegidos. De hecho, esta corporación participó en las investigaciones que llevaron esta semana a la captura de Eduardo Arellano Félix, uno de los cabecillas del cartel de Tijuana.

El diario El Universal relató que el hombre encubierto presentó en la Embajada sus documentos, acudió a una entrevista de trabajo y fue contratado: "Así, en pocos pasos, el cartel que dirigen los hermanos Beltrán Leyva tenía un infiltrado en la oficina de los US Marshals Service... Este hombre había logrado vulnerar con anterioridad los procedimientos de confianza y los protocolos de seguridad de la Agencia Federal de Investigaciones [AFI], que lo colocó en la oficina de la Interpol México".

De 'narco' a testigo protegido

En una jugada que no está clara, pasó de agente de narco a testigo protegido de Estados Unidos, y en julio pasado, de acuerdo con el periódico La Jornada, Felipe "alertó a las autoridades mexicanas sobre sobornos millonarios que dieron los hermanos Beltrán Leyva a diversos funcionarios de la PGR [la Procuraduría General de la República, fiscalía]". La jefa de la SIEDO, Marisela Morales, pidió entonces el apoyo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para investigar al capitán Fernando Rivera Hernández, encargado del área de inteligencia en la SIEDO, y a Miguel Colorado González, coordinador de la dependencia, ambos procesados por haber trabajado para el narcotráfico a cambio de sumas cercanas a los 450.000 dólares al mes.

El testimonio de Felipe permitió a la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) alertar a la justicia mexicana, después de que el testigo declarara: "Me comentaron [los detenidos] que formaban parte de un grupo especial operativo de la Unidad Especializada en Delincuencia Organizada, que estaban directamente bajo las órdenes de Santiago Vasconcelos [ex sub procurador durante años encargado de la lucha antimafia], y que sólo a él rendían cuentas".

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En Estados Unidos se supo que el Centro Nacional de Alerta Antiterrorista estadounidense había informado de que el Departamento de Estado investiga la infiltración de carteles de la droga en la Embajada estadounidense en México, pero todavía no existe una versión oficial sobre hasta dónde llegó el topo del narco en los sistemas de inteligencia de Washington.

Un policía mexicano, frente a la Embajada de Estados Unidos en México, el lunes.
Un policía mexicano, frente a la Embajada de Estados Unidos en México, el lunes.AP

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