El campo argentino anuncia una nueva huelga
Es el quinto paro convocado por los productores agropecuarios este año, tras la crisis desatada el pasado marzo que derivó en pérdidas millonarias para el país
Las principales entidades agropecuarias de Argentina han anunciado una nueva huelga comercial en protesta por la falta de respuestas del Gobierno a los problemas del sector. El paro comenzará a primera hora del viernes 3 de octubre y concluirá la medianoche del miércoles 8 de octubre.
Es la quinta huelga comercial que convocan las patronales rurales de Argentina en lo que va de año, en el marco del conflicto con el Gobierno desatado en marzo pasado por la subida de los impuestos a las exportaciones de soja, maíz, girasol y trigo, que finalmente quedó sin efecto al no ser refrendada por el Parlamento.
Los dirigentes agropecuarios aseguran que los problemas del sector van más allá de los impuestos a las exportaciones y que los productores enfrentan serias dificultades por la sequía (la peor en cien años), la caída de los precios internacionales de las materias primas y el alza de los costos de producción.
Durante la huelga, los productores rurales no comercializarán granos con destino a industrias y a la exportación, ni ganado vacuno, a excepción de los que provengan de zonas afectadas por la sequía. Esta vez la protesta no incluirá bloqueos de carreteras porque el campo "no quiere poner a la sociedad en su contra", según ha informado el presidente de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi.
Sorpresa en el Gobierno
El secretario de Agricultura argentino, Carlos Cheppi, ha declarado que el Gobierno está "sorprendido" por la nueva medida de fuerza lanzada por el campo.
Tras reunirse este martes con la presidenta argentina, Cristina Fernández, Cheppi pidió a los dirigentes rurales que "reflexionen", pues la huelga "no ayuda al país", y aseguró que el Gobierno "está dispuesto a continuar trabajando y a apostar por el diálogo".
Duros antecedentes
El conflicto entre el campo y el Gobierno se desató el pasado 11 de marzo, cuando el Ejecutivo dictó una resolución por la que impuso impuestos móviles a las exportaciones de trigo, girasol, soja y maíz. El rechazo al esquema tributario derivó en cuatro huelgas que impedían la comercialización de granos, bloqueos de carreteras y desabastecimiento de alimentos e insumos para la industria, que causaron millonarias pérdidas al país.
Presionada por el creciente del conflicto, la presidenta Fernández resolvió enviar al Parlamento un proyecto de ley para convalidar el polémico esquema tributario, pero la iniciativa sufrió un duro revés el 15 de julio, con el rechazo en el Senado y el voto adverso del vicepresidente del país, Julio Cobos. La crisis política derivó en la salida del Gobierno del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y la decisión de la presidenta de dejar sin efecto los impuestos móviles a las exportaciones de granos.
Argentina es el primer exportador mundial de girasol, el segundo de maíz, el tercero de soja y el cuarto de trigo, y ocupa también puestos de relevancia en el comercio global de derivados (aceites y harinas) de estos granos.
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