Un tribunal de Nueva York condena a una mujer a 11 años de cárcel por un caso de "esclavitud moderna"
Varsha Sabhnani sometía a sus dos empleadas del hogar a jornadas de 20 horas y a castigos físicos
Varsha Sabhnani, de 46 años, ha sido condenada a 11 años de prisión por mantener a dos mujeres indonesias como esclavas en su mansión de Long Island (Nueva York), obligándolas a trabajar 20 horas diarias después de confiscarles los pasaportes.
Ella y su marido Mahender, ambos de origen indio aunque con la nacionalidad estadounidense, fueron condenados en diciembre por un caso que los fiscales denominaron "de esclavitud moderna" y en el que figuraban los cargos someter a trabajos forzados, servidumbre involuntaria y esconder extranjeros.
La mujer ha sido identificada como la que las sometía a los abusos. Además de la pena de prisión será obligada a tres años de libertad condicional y una multa de 25.00 dólares (15.872 euros). Su marido, de 51 años, espera al viernes para escuchar su sentencia, según informa el Washington Post. Ha sido acusado de los mismos cargos porque permitió que se produjeran los abusos y se benefició del trabajo de las dos mujeres, según la fiscalía.
"Sólo quiero decir que amo a mis hijos", ha declarado la acusada a la sala, "me trajeron a este mundo para ayudar a la gente que lo necesita".
Una promesa de 200 dólares
El matrimonio, propietario de una empresa productora y distribuidora de perfumes, había mantenido a dos indonesias en su casa de Muttontown (Nueva York). La investigación comenzó en mayo de 2007 cuando una de las víctimas apareció en una tienda Dunking Donut's vestida con harapos y con heridas abiertas tras las orejas . A la segunda víctima la encontraron en la casa, escondida en un armario bajo las escaleras del sótano.
La pareja atrajo a dos mujeres, identificadas como Samirah, de 51 años, y Enung, de 47, a los Estados Unidos de Indonesia en 2002 y 2005 con la promesa de contratarlas como empleadas del hogar con un sueldo de 200 dólares (126 euros) al mes. Finalmente sus familias en Indonesia recibían la mitad de esa cantidad aunque ellas nunca recibieron ningún dinero.
Sin embargo, según el testimonio de las mujeres, además de obligarlas a desempeñar las tareas de la casa las golpeaban con escobas y paraguas, les arrojaban agua caliente, les hacían heridas con cuchillos como castigo. Una de ellas fue obligada a comer guindillas y luego su propio vómito. Además dormían sobre mantas y tenían que robar la comida para conseguir el suficiente sustento.
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