La fiscalía brasileña pide que se procese a un ex ministro y dos gobernadores
61 personas, acusadas de corrupción por fraude en licitaciones públicas
Otro nuevo escándalo de corrupción saltó ayer a la luz en Brasil, después de que el Ministerio Público Federal (MPF, fiscalía) pidiera ante el Superior Tribunal de Justicia (STJ) el procesamiento de 61 personas, acusadas de fraude en licitaciones de diversas obras públicas. Entre los denunciados figuran el ex ministro de Minas y Energía Silas Rondeau y dos importantes gobernadores, Teotonio Vilela (Partido de la Social Democracia Brasileña, PSDB), de Alagoas, y Jackson Lago (Partido Democrático Laborista, PDT), de Maranhão, así como los ex gobernadores João Alves Filho, de Sergipe, y José Reynaldo Tavares, de Maranhão.
La operación, llamada Navajas, en la que la Policía Federal llevaba trabajando desde el 17 de mayo del año pasado, ha descubierto que esta red actuaba en los Estados de Alagoas, Bahia, Mato Grosso, Sergipe, Pernambuco, Maranhão y São Paulo, y que algunos de sus miembros estaban infiltrados en los Gobiernos federal, estatales y municipales.
Según la Policía Federal, los acusados supuestamente desviaban recursos para licitaciones de obras de los Ministerios de Minas y Energía, Integración Nacional, Ciudades y Presupuesto, y también del Departamento Nacional de Infrestructura de Transportes (DNIT).
Al parecer, para conseguir licitaciones, la empresa Gautama, del empresario Zuleido Veras, sobornaba a los altos cargos imputados.
Silas Rondeau, del Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) y la figura más relevante del grupo de acusados, fue hasta mayo del año pasado un importante ministro del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, de quien era amigo personal. Además, representaba a los partidos que apoyan al Gobierno. Cuando empezaron a aparecer las primeras informaciones sobre la presunta participación del ministro en este caso de corrupción, Rondeau pidió la dimisión. Lula se la concedió, pero esperó casi siete meses para nombrar a un sustituto en un ministerio de gran importancia, siempre pendiente de que se demostrara que Rondeau quedaba al margen del escándalo y así volver a colocarlo en su Gabinete.
Sustituto, al fin
Al final, en diciembre del año pasado, quizás al disponer de informaciones más exhaustivas, Lula decidió nombrar a Edison Lobato como sucesor del dimisionario Rondeau.
Al ex ministro se le acusa ahora de "peculado [hurto de dinero público por quien lo administra], fraudes en licitaciones y corrupción activa", según la fiscalía.
Según las investigaciones, la red mafiosa se creó el año pasado para obtener beneficios del millonario plan puesto en marcha por Lula bajo el nombre de Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), destinado a la renovación de las infraestructuras de todo el país.
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