El dinero que no acaba de volver
Argentina anuncia por tercera vez la repatriación de los fondos que Kirchner depositó en Suiza durante su etapa de gobernador de Santa Cruz
El dinero de origen —o destino— incierto se está convirtiendo en un quebradero de cabeza para Cristina Fernández, a quien, con apenas 100 días en la presidencia de Argentina, se le han abierto dos frentes de conflicto de origen monetario.
El primero es la polémica diplomática con Estados Unidos después de que la justicia estadounidense haya asegurado que los 800.000 dólares procedentes de Venezuela e interceptados en Buenos Aires durante la campaña electoral servían para financiar ilegalmente su candidatura a la presidencia.
El segundo es la noticia de que, en contra de lo que anunció en agosto de 2005 el entonces presidente, Néstor Kirchner, —con duros ataques a la prensa incluidos— los fondos públicos que él depositó en Suiza durante su etapa de gobernador de Santa Cruz no han sido repatriados. Mientras el fiscal pide que se investigue al marido de la actual presidenta y la oposición reclama que se clarifique dónde está el dinero, el oficialismo ha anunciado que, ahora sí, el martes el dinero regresará por fin a Argentina.
Pero el problema estriba en la disparidad de cifras que se manejan, empezando por el montante de fondos públicos que Kirchner depositó en los años noventa en una cuenta del Credit Suisse. La provincia había recibido en 1993 unos 535 millones de dólares de regalías petroleras y el entonces gobernador colocó una cifra sobre la que no hay acuerdo en Suiza y con otra parte compró acciones de YPF. El oficialismo insiste ahora en que lo hizo por consejo del ministro de Economía del presidente Carlos Menem, Domingo Cavallo, contra cuya política económica Kirchner lleva disparando en todos sus discursos de los últimos cinco años. Para la operación, el entonces gobernador empleó los servicios del banquero Enrique Eskenazi, a quien, ya como presidente de Argentina, impuso como socio a Repsol YPF.
Cuando Kirchner alcanza la presidencia en 2003, el escándalo regional pasa a ser nacional. El presidente justifica su actuación en el intento de salvaguardar los fondos públicos de las turbulencias del mercado interno y anuncia en dos ocasiones, en 2005 y 2007, que el dinero ha retornado ya a Argentina.
Su ministro de Economía, luego rival político, luego otra vez aliado y actualmente en estado indeterminado, Roberto Lavagna, llegó a denunciar —en un momento de distanciamiento, claro— que la cifra real de dinero público colocado por Kirchner en el extranjero rondaba los 1.000 millones de dólares con los intereses incluidos.
El caso es que el monto total repatriado hasta ahora es de 128 millones de dólares —que han servido para una construcción civil y la compra de bonos del Estado— y, oficialmente, quedan otros 390 millones que deberán llegar el martes y serán depositados en el Banco de la Nación.
Pero políticamente, lo que queda es que, de acuerdo con lo que anuncian ahora las autoridades argentinas, el ex presidente Kirchner y marido de la actual presidenta hizo un anuncio falso en dos ocasiones. Un fiscal ha pedido el procesamiento de Kirchner por incumplimiento de deberes y utilización indebida de caudales públicos, siempre referido a su etapa como gobernador de Santa Cruz.
Mientras, el equipo que rodea a la presidenta ha tratado de distanciarla del asunto. Al fin y al cabo, con razón, porque en el momento de los hechos ella era la mujer del gobernador y senadora por la provincia de Buenos Aires, pero en la confusión que reina en Argentina entre la esfera familiar y la política incluso llegó a plantearse que fuera Fernández quien anunciara el pasado miércoles el retorno del dinero.
"Esto es para Kirchner, que lo mira por televisión", dijo ella antes de dejar que el actual gobernador de Santa Cruz, Daniel Peralta, anunciara la por ahora tercera repatriación oficial.
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