Chávez advierte a Bogotá de que sería "causa de guerra" una incursión militar en Venezuela
Uribe se felicita por la operación aérea en la que ayer murió Raúl Reyes, 'número dos' de las FARC - Correa deplora "la agresión"
El Gobierno de Venezuela ha advertido a Bogotá de que sería "causa de guerra" una eventual incursión militar colombiana en Venezuela y ha definido de "duro golpe al proceso de acuerdo humanitario" la operación aérea donde ayer fue abatido el portavoz internacional y segundo hombre de importancia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Raúl Reyes. En el bombardeo, además de Reyes, murieron otros 16 rebeldes.
La advertencia la ha hecho Chávez durante una reunión ministerial en el palacio de Gobierno, retransmitida por la televisión estatal VTV, tras calificar de "preocupante" e inédito el hecho de que las fuerzas colombianas hayan reconocido "alegremente" que, "violando la soberanía de un país vecino" entraron en el territorio de Ecuador para concretar su objetivo de capturar a Reyes.
Por su parte, el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, ha felicitado hoy a los militares colombianos por la operación. "Felicito a los soldados y policías de Colombia por este operativo", ha dicho el mandatario, quien ha agradecido al presidente de Ecuador su comprensión. Ayer, el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos aseguró al confirmar la noticia que "se trata del golpe más contundente dado a este grupo terrorista hasta el momento".
Desde Ecuador, el presidente Rafael Correa ha deplorado hoy "la agresión" a su país por parte de Colombia, y en su opinión, Uribe le mintió al informale de la operación, la cual considera "la peor agresión que ha sufrido Ecuador por parte de Colombia".
Además, las fuerzas militares de Ecuador se encuentran "en estado de alerta" en la frontera con Colombia y "repelerán cualquier agresión externa", ha dicho hoy el ministro de Defensa ecuatoriano, Wellington Sandoval.
"Para sorpresa del Gobierno ecuatoriano (las tropas ecuatorianas) han encontrado 15 cadáveres de guerrilleros, dos guerrilleras heridas en un campamento improvisado. No hubo ninguna persecución en caliente", ha añadido Correa, que ha recalcado que fue "una masacre".
Correa ha reclamado "explicaciones contundentes" a Uribe, para que aclare si fue engañado por sus propias tropas al informar del ataque. "Iremos hasta las últimas consecuencias, pero no permitiremos ni un ultraje más al cielo o territorio ecuatoriano", ha subrayado Correa.
Mientras tanto, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha llamado a "todas las partes concernidas" a hacer prevalecer "las consideraciones humanitarias" y facilitar los esfuerzos a favor de la liberación de los rehenes en Colombia, tras la muerte de Raúl Reyes.
Bombardeo en territorio ecuatoriano
Considerado el número dos de la guerrilla, Reyes fue abatido el sábado durante una operación aérea en territorio ecuatoriano. El ministro de Defensa colombiano explicó ayer que los datos recabados de informantes y verificados por los servicios de inteligencia permitieron establecer que Reyes iba a acudir el viernes a un campamento levantado al otro lado del río internacional del Putumayo, en territorio ecuatoriano.
El bombardeo lanzado hacia las 00.25 hora local (6.25 de la madrugada hora española) por la FAC dio comienzo a la operación. El ministro informó de que el presidente colombiano se comunicó por teléfono con su homólogo de Ecuador, Rafael Correa, para ponerlo al tanto de la acción militar.
Según el informe militar de la operación, la Fuerza Aérea recibió las coordenadas del lugar y "procedió a atacar el campamento desde el lado colombiano, teniendo siempre en cuenta la orden de no violar el espacio aéreo ecuatoriano", ha revelado Santos.
"Una vez bombardeado el campamento, se ordenó que fuerzas colombianas entraran (en Ecuador) para asegurar el área y poder neutralizar al enemigo", agregó Santos. Los cadáveres de Raúl Reyes y de Conrado han sido trasladados a Colombia, lo que se hizo, según el ministro de Defensa, "para evitar que las FARC intentaran recuperarlos".
La voz de las FARC
Luis Édgar Devia Silva, de unos 60 años, fue el principal negociador de las FARC durante las conversaciones de paz que se realizaron entre 1998 y 2002 con el Gobierno de Colombia, que entonces presidía Andrés Pastrana. Raúl Reyes era asimismo el portavoz internacional de la guerrilla, papel que desempeñó en Europa, México y Costa Rica, país, éste último, que participó en una reunión entre las FARC y Estados Unidos en 1997.
Su muerte es la primera de un miembro del Secretariado abatido por las Fuerzas Militares colombianas, que consideran la operación como un éxito, precedido por las muertes en operaciones similares de otros jefes de la guerrilla como Tomás Medina Caracas, alias el Negro Acacio o Martín Caballero y se suma a la detención esta misma semana de Martín Sombra, quien también era miembro del estado mayor de las FARC.
Raúl Reyes estaba buscado por delito de violación y acto sexual violento, terrorismo, rebelión, destrucción de bienes protegidos, secuestro, reclutamiento ilícito, hurto calificado, apoderamiento de aeronave y tráfico de estupefacientes.
Llegan a Bogotá los restos del guerrillero
Reyes es, según el Ministerio de Defensa colombiano, el primer miembro del Secretariado (mando central) de las FARC que pierde la vida en una acción militar. Sus restos y los del soldado Carlos Hernández León, quien también murió en la operación, han sido recibidos hoy bajo estrictas medidas de seguridad en el Comando Aéreo de Transporte Militar (Catam), la base central de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC), aledaña al aeropuerto internacional "Eldorado", de Bogotá.Siguiendo los procedimientos, el cadáver de Reyes ha sido llevado a las instalaciones del Instituto de Medicina Legal, en donde se le practicará la autopsia, custodiado por tanquetas del Ejército y por una caravana que incluía expertos en lucha antiterrorista.Según el fiscal general de la Nación, Mario Iguarán, si el cuerpo de Reyes no es reclamado por sus familiares o amigos, será sepultado en una fosa común. Las imágenes de la televisión han mostrado al guerrillero en una bolsa negra y con una camiseta blanca ensangrentada. Se dice que el perdió parte de una pierna y tenía desfigurado un lado de la cara.
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