El caos aéreo del sábado enfrenta en Brasil a controladores y Ejército

Los controladores de vuelo de Brasil han reaccionado de forma airada contra la tesis de la Fuerza Aérea de que el nuevo caos en los aeropuertos este fin de semana en todo el país fue provocado por un sabotaje. Un cortocircuito en un centro de control en la ciudad de Manaus, capital del estado de Amazonas, dejó todo el espacio aéreo del norte de Brasil sin comunicación y sin radares entre la medianoche del viernes y la madrugada del sábado. Según los medios brasileños, el incidente sigue repercutiendo y causando numerosos retrasos y cancelaciones.

Efecto dominó

Según Infraero, la empresa estatal que administra los aeropuertos del país, de los 677 vuelos programados hasta el mediodía de este domingo (hora local) 281 se retrasaron más de una hora (el 41,5%) y otros 60 fueron cancelados (8,8%).

El caos en los principales aeropuertos de Brasil se mantuvo este domingo por segundo día consecutivo y afectó a centenares de pasajeros brasileños y extranjeros, y a turistas y atletas vinculados a los XV Juegos Panamericanos, que se llevan a cabo en Río de Janeiro.

Acusaciones de "sabojate"

La Fuerza Aérea, que gestiona la aviación, ha iniciado investigaciones de un presunto sabotaje y ha señalado que el incidente se produjo en el horario de más tránsito en el corredor aéreo que une a Brasil con el Caribe, América Central y América del Norte.

"Una actitud de esas causa indignación. Cada vez que haya un problema van a acusar a los controladores", ha dicho el presidente del Sindicato Nacional de los Trabajadores de Protección al Vuelo, Jorge Botelho, citado por la estatal Agencia Brasil, de noticias.

El fallo eléctrico sacó del aire el Cindacta IV (Centro Integrado de Defensa Aérea y Control de Tráfico Aéreo) en Manaus y se reflejó como un efecto cascada en todos los demás terminales del país. Según Botelho, la tesis de la FAB lanzada "para hacer terrorismo", ha causado rabia en todo el gremio de los controladores aéreos. Los controladores y la Fuerza Aérea mantienen un histórico de conflictos que ha arreciado públicamente en los últimos meses.

En particular desde el accidente en plena selva amazónica de un Boing 737 de la aerolínea local Gol que se estrelló el 29 de septiembre pasado después de chocar en el aire contra un jet ejecutivo que iba rumbo a Estados Unidos. El accidente que dejó 154 muertos es investigado por la Policía Federal y por una comisión especial del Congreso que culpó del desastre a los controladores de vuelo de las torres de control de Brasilia y Manaus y a los pilotos estadounidenses del avión ejecutivo.

Los controladores aéreos han llevado a cabo varias protestas contra lo que llaman pésimas condiciones de seguridad de la aviación civil brasileña, que está subordinada al ministerio de la Defensa y la Fuerza Aérea. Varias de estas huelgas, calificadas oficialmente de "motines" por el gobierno, han alimentado el caos de los aeropuertos y la sensación de inseguridad que asalta a los viajeros brasileños.

Mientras, aumentan las preguntas sobre las causas del accidente que el martes mató casi 200 personas en el aeropuerto paulista de Congonhas, cuando un Airbus A320 de TAM se estrelló contra un edificio tras una fallida maniobra de aterrizaje.