Castro critica con dureza a la UE por su 'entreguismo' a EE UU en relación a Cuba

Cuba está hoy un poco más lejos que ayer de la UE. Sólo seis días después de la respuesta oficial de la Cancillería cubana a la reciente oferta de diálogo de Bruselas, en la que La Habana condicionó cualquier negociación futura a la eliminación definitiva de las sanciones diplomáticas adoptadas contra la isla en 2003, Fidel Castro ha criticado con dureza a los Veintisiete por su "entreguismo" a Estados Unidos. "La Unión Europea ha sido conducida por Washington a un callejón sin salida honorable", dice el presidente cubano en un artículo publicado ayer por el diario Granma.

Según el líder comunista, que desde hace 11 meses está alejado de sus funciones debido a una grave enfermedad intestinal que estuvo a punto de provocarle la muerte, "la Unión Europea está ahora peor que el antiguo campo socialista", y "en busca de ventajas económicas", opina Castro, algunos de los antiguos países socialistas, ahora miembros de la UE, "han convertido al resto de Europa en rehenes de su política exterior, sirviendo incondicionalmente los intereses estratégicos de Estados Unidos".

El mandatario cubano critica la "posible" candidatura a la presidencia de la UE del ex jefe del Gobierno británico, Tony Blair, "amigo de Bush", y de igual modo valora negativamente el mecanismo europeo para llegar a acuerdos: "Cualquiera de los miembros de la Unión Europea puede bloquear una decisión. Tal sistema no funciona y merma en la práctica la soberanía de todos".

Castro, que el pasado 31 de julio delegó todos sus poderes y responsabilidades en su hermano Raul, jefe del Ejército, y un equipo de seis personas, ha incrementado en los últimos meses su presencia política a través de las "reflexiones" que casi a diario publica en Granma. Diversos dirigentes cubanos han dicho que el mandatario es respetuoso y "no interfiere en las decisiones" de Gobierno, si bien "cada vez se le consultan más asuntos" y él "llama constantemente" por teléfono a sus colaboradores.

Pero hasta qué punto orienta las grandes estrategias nacionales, es una incógnita.

En su artículo de ayer, Castro asegura que la respuesta de la Cancillería a las conclusiones sobre Cuba aprobadas el pasado día 18 por el Consejo de ministros de Relaciones Exteriores de la UE "son palabras dignas de nuestra Revolución y de su alta dirección política".

En dicha respuesta, el viernes pasado, Cuba condicionó cualquier diálogo futuro con Bruselas a la eliminación definitiva de las sanciones de 2003 -en suspenso desde 2005-, y exhortó además a la UE a la eliminación de la denominada Posición Común. La diplomacia cubana consideró que las conclusiones del Consejo se inmiscuían "de manera calumniosa en asuntos estrictamente internos cubanos" y anunciaban "actos injerencistas e hipócritas" que Cuba consideraba "ofensivos e inaceptables", pero no cerró todas las puertas.

La declaración oficial expresó que la isla "tomaba nota" de la oferta europea de diálogo y que lo "consideraba" una "rectificación necesaria", sin rechazar explícitamente la invitación a una delegación cubana para viajar a Bruselas a sondear las posibilidades del diálogo.

Sin embargo, en sus "reflexiones" de ayer, Castro omitió estos matices y se centró en las posiciones de principios contenidas en el comunicado, y que se resumen en la idea de barricada de que es la UE la que debe rectificar su política si desea un diálogo con Cuba.

Al final de su artículo, Castro dice: "En esta época decisiva no importa el número de enemigos, que serán cada vez menos, sino el número de estrellas en la frente". Por supuesto, se refería a estrellas de cinco puntas, marxista-leninistas.