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Reportaje:LA TRANSICIÓN EN IRAK

"Los americanos metieron a mis cuatro hermanos en un armario y los mataron"

Estados Unidos investiga la muerte de 15 civiles en Irak, al considerar que pudo deberse a la ira vengativa de sus soldados tras un atentado

Estados Unidos inició una investigación en enero para aclarar si la muerte de 15 civiles en noviembre del año pasado en Irak se debió a un atentado de la insurgencia o a disparos deliberados de soldados norteamericanos. Tras decantarse por la segunda opción, la supuesta matanza está ahora en manos de un tribunal militar, según ha informado la revista Time.

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La versión del Ejército estadounidense no difiere en exceso de la imagen que los medios de comunicación transmiten cada día de Irak: en la mañana del 19 de noviembre de 2005, una bomba estalló al paso de un vehículo militar norteamericano cerca de Haditha, al oeste del país. Un soldado, Miguel Terrazas, de 20 años, murió, y otros dos resultaron heridos. Al día siguiente el Pentágono informó de la muerte del militar y de 15 civiles en la explosión; además, ocho insurgentes perdieron la vida al atacar a la patrulla tras el atentado.

"Dispararon a mi abuelo"

Pero testigos de lo que allí sucedió y autoridades locales cuentan una historia bien diferente. La bomba mató a Terrazas, sí, pero los 15 civiles (entre ellos siete mujeres y tres niños) fallecieron en sus casas, desarmados, víctimas de la ira desatada y vengativa de los soldados de la Marina estadounidense. Según los datos confirmados por la investigación periodística, a las 7.15 el vehículo militar saltó por los aires al estallar una bomba activada por control remoto; Terrazas murió. Sus compañeros afirman que empezaron a recibir disparos de una casa cercana. Allí vivía Eman Waleed, de nueve años, con sus padres, dos hermanos, dos abuelos, dos tíos y dos tías.

Según cuenta la niña, los marines irrumpieron en la vivienda vestidos de camuflaje nocturno. "Dispararon a mi abuelo, primero en el pecho y luego en la cabeza. Luego mataron a mi yaya". El resto de adultos trataron de protegerla a ella y a su hermano de ocho años: murieron en el intento. Fuentes militares confirman que los soldados entraron en la casa; cuando se encontraban en un pasillo con dos puertas cerradas a ambos lados, creyeron escuchar el ruido que produce alguien al montar un arma de fuego. Pensando que se trataba de una emboscada, dispararon a diestro y siniestro. Las citadas fuentes señalan que siete personas murieron en la casa, incluidas dos mujeres y un niño.

"Les mataron dentro del armario"

Las fuentes militares consultadas por la revista prosiguen el relato: los soldados se dirigieron entonces a otra casa, abrieron la puerta y lanzaron una granada dentro. Luego dispararon a mansalva. Murieron ocho personas: el matrimonio dueño de la casa, la hermana de él, su hijo de dos años y sus tres hijas pequeñas. Los soldados asaltaron aún una tercera casa. La historia de este último episodio la cuenta Yousif, uno de los hijos del propietario de la casa. Yousif trató de entrar en la vivienda, pero se lo impidieron soldados iraquíes. "Me dijeron: 'No puedes hacer nada. No te acerques o los americanos te mataran'". Según su relato, los norteamericanos no dejaron entrar a nadie hasta la mañana siguiente; para entonces ya no quedaba ni un cadáver, pero sí rastros de sangres, de los que Yousif deduce: "Los americanos metieron a mis cuatro hermanos en un armario del dormitorio de mi padre. Les mataron dentro del armario".

La versión oficial es diferente. Cuentan las fuentes militares citadas por Time que los soldados irrumpieron en la vivienda y hallaron a un grupo de entre 10 y 15 mujeres y niños; en una casa cercana descubrieron a otros dos hombres, al menos uno de ellos armado, a los que mataron. Respecto al armario, dicen que es tan pequeño que no cabría ni una persona, menos aún cuatro. Pero no explican cómo perdieron la vida los otros dos hombres.

Tras cinco horas de asalto, 23 personas habían muerto; los estadounidenses se incautaron de dos armas de fuego. 15 de las víctimas fueron clasificadas como civiles. Los marines llevaron los cuerpos a un hospital de Haditha y dijeron que habían muerto todos en la explosión de la bomba. "Pero las heridas de bala eran evidentes", según un médico. La revista tiene una cinta de vídeo del escenario tras la tragedia. Muchas de las víctimas estaban en pijama. Las paredes, agujereadas por las balas, manchadas de sangre. Por fuera, las casas no tienen impactos de bala, lo que permite dudar de que se produjera un enfrentamiento entre los soldados y la gente encerrada en las viviendas.

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