Candidatos de la oposición venezolana estudian presentar una "fórmula unitaria"

Tres aspirantes a la presidencia de Venezuela contrarios al jefe de Estado, Hugo Chávez, se han unido para analizar una "fórmula unitaria" que evite la dispersión de los votos "antichavistas" en los comicios presidenciales del 3 de diciembre. Así lo reveló ayer Julio Borges, uno de los tres aspirantes, quien en declaraciones a la emisora caraqueña Unionradio aseguró que "no va a haber ningún cortocircuito" que frustre "la candidatura de la unidad".

Sin revelar cuándo se reunió con los otros eventuales candidatos, Teodoro Petkoff y Manuel Rosales, Borges subrayó que luchará para evitar "que la historia sea que no hicimos nada, o que no hicimos el esfuerzo mayor que podíamos hacer" en ese sentido. "Si aquí surge cualquier otra candidatura que tenga más fuerza, más legitimidad de la gente, nosotros nos retiramos", manifestó y aseguró que al mismo compromiso llegaron Rosales y Petkoff, con quienes también dijo que había discutido la eventual celebración de unas elecciones primarias de la oposición para elegir un candidato.

El abanderado del partido de centroderecha Primero Justicia añadió que quienes pierdan esas primarias deberán trabajar a favor de la candidatura única de la oposición.

Borges exhortó a que la oposición "anime a los venezolanos a trabajar por la democracia", aunque anunció que apoyará "un retiro activo y no pasivo" del proceso electoral, en caso de no lograrse "condiciones" de transparencia y pulcritud en las urnas.

Chávez, constitucionalmente autorizado para buscar en diciembre una última reelección, anunció el domingo que si la oposición "obediente de Estados Unidos" no presenta candidatos, convocará un referéndum para lograr que se autoricen las reelecciones sucesivas.

El presidente desveló, una vez más, las dos bazas que asegura tratará de jugar Washington "para no reconocer mi victoria, generar violencia, muerte y desestabilización, y justificar una intervención internacional". La primera, sostiene, es lanzar un candidato con fuerte inversión mediática y financiera para hacer creer que en noviembre sus posibilidades de triunfo están emparejadas a las de Chávez. El segundo escenario se pondría en marcha en el caso de que ningún opositor tuviese el arrastre popular suficiente como para presentarlo como un adversario de peso ante el presidente.