Un nuevo vertido tóxico en China deja sin agua a medio millón de personas
La contaminación, por cadmio, ha disparado las alarmas, ya que esa sustancia, utilizada para fabricar productos electrónicos, es altamente peligrosa
Mientras las autoridades chinas siguen luchando contra la contaminación por benzeno que afectó en noviembre a un importante río del norte del país, un nuevo vertido, esta vez de cadmio, arrojado por una fundición estatal al río Beijiang, en la provincia sureña de Cantón, ha obligado a cortar durante ocho horas el suministro de agua en la ciudad de Shaoguan, en la que viven medio millón de personas.
La contaminación, que procede de un horno de fundición de Shaoguan, está causada por la "excesiva cantidad de residuos arrojados, que han elevado el nivel de cadmio 10 veces por encima de los estándares de seguridad", han dicho las autoridades locales. "Es una noticia preocupante porque hay muchas fábricas que arrojan este tipo de sustancias, sobre todo electrónicas, a lo largo del río y la gente bebe ese agua", ha señalado esta mañana desde Cantón el director de campaña sobre tóxicos de Greenpeace, Kevin May.
Junto con el plomo, el mercurio o el cromo, el cadmio es una sustancia altamente tóxica que se usa para fabricar productos electrónicos, una industria que en China está arrojando enormes cantidades de desechos peligrosos sin que hasta el momento haya habido demasiado control. El cadmio puede causar daños hepáticos y renales, y combinado con otros elementos puede resultar cancerígeno.
La corriente avanza hacia otras ciudades a orillas del río, como Yingde (100.000 habitantes), aunque allí no se esperan cortes de suministro pues éste ha sido conectado en las últimas horas a un embalse local. Pero sí podría haber cortes en la ciudad de Qingyuan (medio millón de habitantes), según la información oficial, que en esta ocasión sí está informando con celeridad del accidente y sus detalles.
Información puntual
La detallada y puntual información oficial llega después de las críticas generalizadas contra el Gobierno chino por silenciar el vertido tóxico provocado por la explosión en una petroquímica el 13 de noviembre en el río Songhua, que originó un desastre ecológico cuyas consecuencias no se han evaluado todavía. "No sé si hay una conexión entre los dos casos, pero la SEPA (Administración Estatal de Medio Ambiente) ha ordenado un examen de la producción en el país, incluida la provincia de Cantón, para analizar la situación y elaborar informes", ha explicado May.
La nueva mancha ha llevado a las autoridades a suspender las operaciones en la fundición, al tiempo que se ha sellado el canal por donde se filtraban los residuos. Para diluir la polución, los expertos han sugerido a las autoridades locales descargar 70 millones de agua limpia de las reservas, según han manifestado a la agencia oficial Xinhua fuentes de la oficina municipal de Medio Ambiente.
El río Beijiang se extiende a lo largo de 470 kilómetros de norte a sur hasta desembocar en el río Perla, y es la mayor fuente de agua de las ciudades del norte de Cantón, con un suministro de 6.000 millones de metros cúbicos. El delta del río Perla es una de las zonas más pobladas y desarrolladas del país, y en ella se encuentran la ciudad de Cantón, el enclave económico de Shenzhen y las ex colonias europeas de Hong Kong y Macao.
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